Canción del día
Song of the day
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Años atrás, el autor Charles R. Cross lanzó “Heavier Than Heaven: The Biography of Kurt Cobain.” Cross está ahora terminando su segunda biografía sobre el líder de Nirvana «Here We Are Now: The Last Impact of Kurt Cobain.” El libro está actualmente disponible para reservarlo y saldrá a la venta el 18 de marzo.
Cross también reveló un fragmento del libro a MTV: «De todos los aspectos del legado de Kurt Cobain, el propio Kurt estaría más sorprendido por su impacto en la moda. Sabemos que es cierto porque en 1992, dos años antes de su muerte, Kurt ya era un icono de la moda, y expresó su asombro a sus amigos que un estilo de vestir que había adoptado de practicidad se había convertido en la materia de los desfiles de moda. Sorprendió a Kurt, pero luego todo el año después de Nevermind «le sorprendió incluso más. Muchas estrellas del rock tienen un impacto en la moda, pero la influencia de Kurt ha sido realmente una consecuencia extraña de su fama, y una que va a durar (aunque su música será sin duda su mayor legado) «.
Haced click aquí para reservar el libro.
Years back, author Charles R. Cross released “Heavier Than Heaven: The Biography of Kurt Cobain.” Cross is now finishing up his second biography on the Nirvana frontman “Here We Are Now: The Last Impact of Kurt Cobain.” The book is currently available for pre-order and goes on sale March 18th.
Cross also revealed a snippet of the book to MTV: “Of all the aspects of Kurt Cobain’s legacy, Kurt himself would be most surprised by his impact on fashion. We know that to be true because by 1992, two years before his death, Kurt was already a fashion icon, and he expressed amazement to friends that a style of dress he had adopted out of practicality had become the stuff of runway shows. It surprised Kurt, but then everything the year after ‘Nevermind’ was head-shaking. Many rock stars have an impact on fashion, but Kurt’s influence has truly been a bizarre outgrowth of his fame, and one that will last (even if his music will undoubtedly be his greatest legacy).”
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ABERDEEN, Washington – Kurt Cobain puede que no fuera un modelo a seguir, pero su influencia en la música merece respeto, dice el alcalde de Aberdeen Bill Simpson. Simpson proclamó el 20 de febrero, cumpleaños de Cobain, como el «Kurt Cobain Day» (Día de Kurt Cobain) en Aberdeen.
«Deberíamos haber hecho esto hace mucho tiempo», dijo Simpson.
La ciudad honró al líder de Nirvana con una proclamación y la develación de una estatua de Cobain. La estatua estará en exhibición en el Museo de Historia de Aberdeen. Cobain se suicidó en abril de 1994. Luchó públicamente contra una adicción a la heroína.
«Sí, ellos [Nirvana] no eran las mejores personas», dijo Simpson, «Yo tampoco.» Simpson ha recibido quejas sobre la memoria a Cobain, pero dijo que la ciudad rinde homenaje a la estrella de rock y su banda.
«Para mostrar el respeto que se merecen por ser parte de nuestra comunidad», dijo.
ABERDEEN, Wash. — Kurt Cobain may not have been a role model, but his influence on music deserves respect, says Aberdeen Mayor Bill Simpson.
Simpson proclaimed February 20, Cobain’s birthday, «Kurt Cobain Day» in Aberdeen. «We should have done this a whole heckuva long time ago,» said Simpson.
The city honored Nirvana’s frontman with a proclamation and the unveiling of a statue of Cobain. The statue will be on display at the Aberdeen Museum of History. Cobain killed himself in April of 1994. He publicly struggled with a heroin addiction.
«Yeah they [Nirvana] weren’t the best people,» said Simpson, «I’m not either.»
Simpson has received complaints about memorializing Cobain, but said the city is honoring the rock star and his band.
«To show the respect they deserve as being a part of our community,» he said.
Sacado de // From –> http://portalternativo.com – http://www.rollingstone.com
Rivers Cuomo ha hablado con la Rolling Stone de su absoluta devoción por Nirvana.
De alguna manera, siento que era el mayor fan de Nirvana en los 90. Estoy seguro de que hay tropecientas personas que podrían decir lo mismo pero yo estaba tan apasionadamente enamorado de la música que era algo enfermizo. Hacía que mi corazón me doliera. Puedo decirte el momento exacto en que conocí a Nirvana: trabajaba en Tower Records en Sunset Boulevard en 1990, en mi último año de transformación de guitarrista de speed-metal de Nueva Inglaterra a compositor y cantante alternativo. Los otros empleados ‘más al día’ de Tower me educaron, por así decirlo. Recuerdo que me pusieron “Sliver” y me enamoré al instante. Tenía la agresión que necesitaba de mi crianza como metalero pero con progresiones potentes y de acordes mayores y melodías pegadizas y emocionales y letras que daban esa sensación de nostalgia y dulces y dolorosas. Sonaba como si viniera de la parte más profunda de mi – una parte a la que no me había acercado aún para articular mi propia música.
Poco después, estuve en una banda llamada Fuzz con Pat Wilson de Weezer. Escuchábamos el “Bleach” cada noche de camino a los ensayos. Ahí es cuando empecé a cantar – hasta entonces solo era guitarrista – y sonaba mucho a Kurt, muy Seattle. Ahora es muy difícil de escuchar. Kurt fue, para mi gusto, el mayor cantante de la historia pero yo trataba de cantar con una voz que no tengo ni de lejos.
Cuando salió el “Nevermind”, mi compañero de piso se hizo con el CD. Al principio pensé, “Esto está demasiado pulido y es demasiado comercial”. Fue un poco desconcertante. Pero luego fue como, “Esta es la mejor música de la historia”. Se acercaba tanto a lo que yo quería hacer. Pensé, “Puedo componer progresiones de acordes como esas. Puedo componer melodías como esas. Esto es algo que puedo hacer”. Fue por la época en la que nació Weezer. Probablemente compuse “The Sweater Song” y “The World Has Turned and Left Me Here” y “My Name Is Jonas” ese mes – todas esas primeras canciones de Weezer y luego tuvimos nuestro primer ensayo en febrero del 92. Es imposible evitar llegar a la conclusión que “Nevermind” nos inspiró a ir a por ello.
Estábamos en el estudio haciendo el “Blue Album” cuando salió “In Utero” y estábamos en el mismo sello que Nirvana así que pudimos escucharlo con bastante anticipación. Eso simplemente profundizó nuestro affaire con Kurt. Muy en el fondo de mi mente estaba la esperanza y el miedo de que quizá algún día le conociera. Me habría encantado conocerle pero, de nuevo, estaba asustado por ello porque estaba bastante seguro de que despreciaría mi música y todo lo que representaba.
Tras terminar el disco, me apunté a clase de música de un centro de estudios superiores. Recuerdo salir de clase y un amigo decirme que Kurt había muerto. Fue un gran golpe – no solo para mi sino para todos en Weezer, para todo aquel con quien saliéramos. Era difícil escuchar cualquier otra música durante las semanas siguientes. Todo sonaba tan superficial. Nada sonaba tan sincero como la música de Nirvana. Me llevó mucho tiempo aceptar que cualquier otra música puede ser buena de otras maneras. Incluida la mía.
Weezer‘s Rivers Cuomo called RS to talk about his love of Nirvana. Find his tribute and much more in Rolling Stone‘s new special collectors edition on the grunge stars’ music and legend, available now.
«In some ways, I feel like I was Nirvana’s biggest fan in the Nineties. I’m sure there are a zillion people who would make that claim, but I was just so passionately in love with the music that it made me feel sick. It made my heart hurt. I can tell you the exact moment when I became aware of Nirvana: I was working at Tower Records on Sunset Boulevard in 1990, undergoing my year-long transformation from being a speed-metal guitar player from New England to being an alternative songwriter and singer. The other, far-hipper employees at Tower kind of educated me. I remember they played ‘Sliver’ for me, and I was immediately in love. It had the aggression that I needed from my upbringing as a metalhead, but paired with strong, major-key chord progressions and catchy, emotional melodies and lyrics that felt so nostalgic and sweet and painful. It just sounded like it was coming from the deepest part inside of me – a part which I hadn’t yet been able to come close to articulating in my own music.
Look back at Nirvana’s incredible career in photos
«A little later, I was in a band called Fuzz with Pat Wilson from Weezer. We would listen to Bleach every night on the way to band practice. That’s when I started singing – up until then, I had just been a lead guitar player – and I sounded a lot like Kurt, very Seattle. It’s really difficult to listen to now. Kurt was the greatest singer ever, for my taste, but I was just trying to sing in a voice that I don’t have at all.
«When Nevermind came out, my roommate had the CD. At first, I actually thought, ‘This is too polished and commercial.’ It was a little off-putting. But then I was like, ‘This is the best music ever.’ It felt so close to what I wanted to do. I thought, ‘I can write chord progressions like that. I can write melodies like that. This is something I can do.’ This was right around when Weezer started. I probably wrote ‘The Sweater Song’ and ‘The World Has Turned and Left Me Here’ and ‘My Name is Jonas’ that month – all those early Weezer songs – and then we had our first rehearsal in February of ’92. It’s impossible to avoid the conclusion that Nevermind really inspired us to go for it.
«We were in the studio making the Blue Album when In Utero came out, and we were on the same label as Nirvana, so we got to hear it pretty early. It just deepened our love affair with Kurt. Somewhere in the back of my mind was the hope and the fear that some day I might meet him. I would love to have met him – but then again, I was afraid of it, because I was quite certain that he would despise my music and everything we stood for.
Read Kurt Cobain’s 1994 Rolling Stone interview
«After we finished the record, I was enrolled in community college in a music class. I remember coming out of the class and my friends telling me that Kurt had died. It was such a great blow – not only to me, but to everyone in Weezer, everyone we hung out with. It was very hard to listen to any other music for weeks after that. Everything just sounded shallow. Nothing sounded as sincere as Nirvana’s music. It took a long time for me to accept that any other music could be good in other ways. Including my own.»