Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Mes: agosto 2017

El orgullo de elegir bien

El orgullo de elegir bien

Me siento orgulloso de muy pocas cosas. Ni de lo que soy ni de lo que seré. A veces de las cosas más insignificantes. Pero sobre todo de los que me rodean. De los que he elegido que estén ahí. Quizás ellos lo hayan elegido, realmente no sé cómo funciona eso. Sus triunfos son los míos. Ellos son mi triunfo y mi orgullo. No me sirve de mucho llegar lejos si no lo hago acompañado. Los que quiero que me vean allí arriba no son los millones de desconocidos, son aquellos a los que no quiero decepcionar. En ocasiones uno simplemente no puede creer en sí mismo, y ahí están ellos para remediarlo. Y saber que tengo ese colchón de seguridad detrás, me llena de orgullo, porque si estoy rodeado de gente tan excepcional significa que algo he hecho bien.

Reflexiones nocturnas

Reflexiones nocturnas

Hay canciones que te transmiten recuerdos que no tienes. Dolores de los que careces. Sueños que no te apetecen. Preocupaciones que fueron gozos. Te enseñan un poco más del mundo. Quizás todo eso es parte de la magia de la música. La música nos descubre, y no nosotros a ella. Cuando escuchamos una canción nueva es ella la que nos cambia. Ella ya estaba ahí, esperándonos, como una especie de baúl con secretos que nos eran desconocidos. Incluso antes de su invención, ese ritmo ya existía, esperando a que derramemos una lágrima o saltemos de alegría. Hay canciones que son partes de nosotros que no conocíamos o que desaparecieron hace demasiado tiempo. Y no las escuchamos una y otra vez porque estemos ensimismados por su ritmo, sino porque queremos meter más y más la cabeza en ese baúl, y mirar bien dentro de lo que somos. Pero luego otra canción emerge y descubrimos otro yo. Y luego otro, otro y otro. Y entonces te das cuenta de lo verdaderamente grandiosa que es la música, sea cual sea.