Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Autor: Samuel Cerdera García

Pues soy el humilde administrador de esta página :)
Ya no hay balde lleno de agua

Ya no hay balde lleno de agua

Ya no hay balde lleno de agua porque llevo dos semanas consecutivas olvidándomelo en el maletero del coche. Que podría sonar a metáfora rebuscada propia de la poesía actual, queriendo decir que me veo sumido en un pozo de tristeza inabarcable, pero no, realmente ese balde está rodeado de basura inservible, basura mundana, no intelectual. Mi padre lo utilizó para limpiar el coche -no el automóvil donde viajan mis sueños, no, es el coche de verdad, de cuatro ruedas y con origen japonés-. Fíjate en lo que es la poesía, que ahora mismo está rodeada de limpiaparabrisas, parasoles y alguna que otra bolsa de supermercado. Pues mira que a veces pienso que para mí vale más ese balde lleno de agua que la universidad…

La gente de Twitter

La gente de Twitter

«Me la sudas».

*Foto de la persona mostrando su gran indiferencia hacia los demás*.

«Me importáis una mierda».

*Esa persona haciendo algo rebelde o mal visto socialmente*

 

Y me pregunto yo, si tan poco os importan los demás, qué necesidad hay en compartir en todas vuestras redes sociales cosas así. Si tan poco caso hacéis a los demás, de dónde nace esa necesidad de tener que recalcarlo constantemente. Ay… Que desde el primer instante en el que estáis en las redes sociales inmediatamente os importan los demás.

Reflexiones desde un balde lleno de agua II

Reflexiones desde un balde lleno de agua II

Estuve en Alcanadre. Se me fue la ansiedad. El pie me dolió, pero de felicidad, ese tipo de dolor que sabes que proviene de un buen momento, y que realmente no te importa sentir. Con 22 años me comporté como un crío retrasado de 3, pero no me importó porque realmente me lo pasé bien -y porque estaba rodeado de otros críos retrasados de 3 años-. Y ahora tengo ansiedad de nuevo, así que no sé si la cura ha sido Alcanadre o esos críos retrasados de 3 años. Sea lo que sea, ambas respuestas son tristes, pero acertadas a mí manera, que es la que me importa. La dolencia sé que es el domingo, el maldito domingo es el día triste por excelencia. Me he leído dos libros en media semana, medio obligado, y lo peor de todo es que no lo he podido disfrutar más. Estoy enfermo.

Reflexiones desde un balde lleno de agua

Reflexiones desde un balde lleno de agua

Lo que son las madres. Tozudas, cabezonas, insistentes, cansinas, pesadas, tenaces… Fijaos en que la mía pretende hacer desaparecer un tumor de mi tobillo introduciendo mi pie, noche tras noche, en agua con bicarbonato. Tozudez que convence hasta a los tobillos. Con tal circunstancia qué le puedo negar. Se trata de una pizca de remedio de bruja y de un océano de cariño que pone en evidencia la fuerza de toda la creación. Ojalá no haya precio para esta deuda, sé que no puedo pagarla. Le debo la vida, quién sabe si mis futuros pasos.

Reflexiones desde Logroño III – videojuegos

Reflexiones desde Logroño III – videojuegos

Un videojuego. El arte más completo. Desde lo que escuchas, hasta lo que ves. Desde lo que sientes, hasta lo que recibes. Se crea belleza en cuanto a lo que oyes -banda sonora, efectos de sonido, instrumentación…-. Se crea belleza visual -gráficos, paisajes, estampas, imágenes-. Se crea belleza narrativa -qué decir de los guiones, si fuesen novelas algunos estarían entre los clásicos-. Y lo que es más importante -y pocos lo han logrado-, te introducen de lleno en lo que sucede; tu eres el dios, el que crea o decide lo que ocurre. Un buen videojuego contiene en su interior una buena novela, una buena película, una buena canción, una buena poesía, un buen disco, un buen cómic, un buen cuadro, una buena arquitectura, una buena obra de teatro… Puede ostentar casi la totalidad de lo que existe. Y muchos lo desprecian por ser algo «de ahora»; no se han dado cuenta de que es el lugar donde los artistas se pueden juntar y crear lo perfecto.

La única pega, algunos son tan increíbles que dejan poco a la imaginación. Tal es el disfrute, que uno desearía dejar de crear para siempre.

Reflexiones desde Logroño II

Reflexiones desde Logroño II

Qué necesidad habría de trascender, de dejar registro de lo que somos tallado en piedra, si al final acabaremos debajo de ella. No vamos a ver el triunfo, ni la separación ni la libertad de nada, pero nos obstinamos en dejar nuestro nombre marcado a fuego, fuego de arena mecido ante un viento que jamás controlaremos, y no entiendo por qué. El motor que lanza el impulso de todos nosotros, el timón de los deseos que nos dirige… No los entiendo. Ni nadie, supongo. Y tampoco estoy hablando de nada novedoso, pero es una pregunta que nos hacemos demasiado poco. Me da igual no hallar respuesta, aunque sé que tiene algo que ver con nuestra estupidez propia. ¿Por qué no podemos utilizar ese generador de dioses? Sabemos el principio teórico, pero nos perdemos en las directrices del cielo… O nos confundimos entre nosotros. ¿Distintos cielos, quizás? ¿Acaso es que son de distinto color, y eso no nos agrada? Tal vez… pero nos olvidamos de que el cielo solo es la puerta de algo más, que no vemos, y de lo que deberíamos estar ansiosos. Me pierdo, me pierdo. Página web, revista literaria, libro… Qué más me da, no debería preguntarme tanto qué hago, es pretencioso pensar que dependo de mí.