Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Categoría: Blog personal

Sobre los concursos literarios

Sobre los concursos literarios

Sí. En esta entrada puedo pecar de hipócrita. No lo voy a negar. Pero como todos lo somos alguna vez en la vida -si no frecuentemente-, esta vez me toca serlo. Al menos lo reconozco. Además, siendo hipócrita de esta manera solo hago daño a una persona, y esa soy yo. Quizás a mi orgullo, y carezco de eso. Dicho lo dicho, adelante.

Tengo una relación de amor odio con los concursos literarios. Apenas he participado en ellos hasta que no me he visto en el dilema de toda persona que desea darse a conocer en el mundo literario; o tiro un dado al aire y pierdo el tiempo hasta que un editor aburrido decida leer algunas de las páginas de ese manuscrito que tiene ahí tirado en la mesa o compito con los demás por un premio. No mencionemos la autoedición, ya que tiradas con un número decente de ejemplares están fuera del bolsillo del escritor medio.

Creo que la gente no reflexiona demasiado sobre lo injusto que puede llegar a ser un concurso literario. Todos hablan del tanto por ciento de obras que acaban publicándose, de la poca viveza mental y de futuro que tienen muchos editores -sobra decir lo de J.K. Rowling y otros tantos-, pero casi nunca nadie habla de la subjetividad exacerbada de gran parte de los certámenes que se realizan dentro del mundo literario. Para que todo quede más ordenado, iré mencionando los pros y contras -a mi parecer- de participar en un concurso literario. Empecemos por los puntos positivos:

  1. Te aseguras de que un jurado experto -cuanto menos preparado- va a leer y analizar tu obra. No ocurre como en las editoriales, donde muchas de las obras son juzgadas por sus primeras diez páginas. Aquí el jurado considera aspectos técnicos que en una editorial jamás se replantearían. En un certamen literario importa ante todo la calidad y la originalidad del producto, no tanto los beneficios que este vaya a otorgar. Aquí se juzga la literatura de verdad, no el ámbito social de la misma.
  2. Tu obra adquiere fama, y sobre todo, valía. Al recibir un premio, sobre todo si este pertenece a un certamen con prestigio, inmediatamente tu obra se relaciona con todo aquello de valor. Esto sirve y mucho para hacerse un hueco en un mundillo donde empezar es casi tan difícil como mantenerse.
  3. Puedes comprobar tu nivel de verdad. El resultado de tu obra no será sagrado ni inapelable, porque todo depende de la subjetividad analítica de una persona, pero si es un certamen literario serio puedes fiarte de que al menos vas a poder conocer el nivel de tu obra comparada con otras decenas. Es un golpe de realidad bastante bueno. Si fracasas no te queda otra que intentarlo de nuevo.
  4. Económicamente es más seguro. El mundo de la literatura es bastante voluble; un día puedes ser la sensación poética del país que al día siguiente no eres más que un recuerdo. No obstante, las recompensas económicas de los concursos literarios siempre serán más fiables que las de una posible edición con una editorial. Participar en un concurso literario apenas puede suponerte 20€, mientras que, aunque la editorial corra con los gasto de todo, el contrato y los gastos superfluos pueden ascender demasiado -para luego a veces no ganar ni un solo euro-.

No obstante, poseen demasiados puntos negativos:

  1. Demasiada competitividad: luchas literariamente con otros para ganar el gran premio. En una editorial la presión por vencer a los demás es menor. Tu obra la has escrito como tú has querido, normalmente las editoriales no exigen nada demasiado extraño; algo que venda. Por el otro lado, en los concursos literarios la libertad suele ser menor, y las pautas suelen ser bastante más estrictas. Esto hace que la participación a veces se centre más en vencer a los demás buscando cierta dirección en tu creación que en crear arte por el gusto de crearlo.
  2. Siempre he considerado, y quizás es un poco extremo, que en los concursos literarios se prostituye a la literatura. Y esto va también dirigido a la editoriales. Se utiliza como moneda de cambio, donde a veces lo más bonito según las circunstancias es lo que gana -y tal vez no es lo más meritorio-. La literatura es una de esas cosas con las que jamás se debería hacer negocio, vale demasiado. Obviamente esto es demasiado soñar y es un negocio más dentro del mundo cultural.
  3. Participar es ya un gran paso. De hecho se podría decir que toda obra, por el hecho del atrevimiento que exige atreverse a escribir, debería ser tenida en cuenta. Puede que formalmente no sea lo más extraordinario del mundo, pero puede que sus sentimientos sean más verdaderos que los de alguna de las grandes obras maestras de la literatura.
  4. Estoy totalmente en contra de que algunas entidades privadas realicen estos certámenes. Bancos, universidades privadas de cierto tinte ideológico, la Iglesia… creo que no se merecen nada de reconocimiento. En la mayoría de los casos utilizan los concursos para adquirir notoriedad, y detrás de este generoso ofrecimiento de crear un concurso casi siempre se esconde una ambición egoísta de la entidad misma. Un banco en lo general promociona la literatura para crear una imagen de benefactor, normalmente falsa, en su nombre.
  5. La subjetividad. Afecta tanto a las editoriales como a los concursos, pero en estos últimos creo que con más fuerza. Si alguien decide enviar su obra a una editorial sabe a lo que se enfrenta: un señor o una señora que van a estudiar si publicar ese libro será rentable para su compañía, fin. Sabes que tu calidad literaria o tu vertiente personal no va a ser un punto clave en que decidan publicarte. Sin embargo, en un certamen literario, es trascendental el jurado detrás del concurso. Si es tradicional, olvídate de ni tan siquiera competir si tu obra es rompedora. Por el contrario, si eres tradicional en tu tipo de escritura y el jurado es demasiado rupturista, no conseguirás nada. Y en ambas vicisitudes quizás tu obra sea la meritoria de ganar.
  6. Los derechos de autor. Jamás perderás los derechos sobre tu obra, pero en algunos concursos apenas podrás objetar lo que hagan con la obra ganadora. Ellos se quedan con los derechos de la primera edición, y aunque supongo que habrá individuos que adapten esa edición a tus deseos, no tienen por qué escucharte. Esto puede desembocar en actitudes que quizás no satisfagan al ganador, o incluso que se tergiverse la intención de la obra hasta extremos inimaginables. Ellos editan y lo harán según sus propósitos, no los tuyos.

Sea como sea, si te inicias en el mundo de la escritura, simplemente, hablando claro, estás jodido. Puedes participar en la lotería que son los concursos literarios y las editoriales, pero si esperas toda tu vida a que te publiquen, quizás cuando lo hagan será demasiado tarde y hayas perdido toda la ilusión o la magia. Lo más sensato o por lo menos palpable para un principiante es conseguir hacerse un nombre o incluso una autoedición con una tirada bastante humilde, asequible para tu bolsillo. Participar en concursos literarios de poco renombre para poco a poco ir haciéndote un nombre, conseguir que parte de tu obra sea publicada en periódicos o revistas, o incluso repartir de forma gratuita fotocopias con adelantos de tu obra. Ante todo hay que intentar ser original. En este mundillo todo se ha visto ya mil veces, por lo que hay que destacar de la forma que sea en el apartado que sea. Pero ante todo, jamás perder la ilusión y que la literatura no se convierta en un trabajo, que siempre permanezca como una pasión. Yo de forma hipócrita estoy participando en dos concursos de forma simultánea; he aprendido la lección. Sé que no puedo lograr nada yendo a contracorriente toda mi vida, y he tenido que tragarme mi orgullo y ser uno más. Pero es lo que toca. Si no tienes el bolsillo lleno, hay que adaptarse a las circunstancias. He decidido pecar de hipócrita pues antes que mi «»»reputación»»» -por decir algo- está mi anhelo por ver mi poesía publicada.

Eso, o haceros a la mar y cogeros una buena melopea y olvidaros de lo demás, que, viendo cómo está el mundo, quizás sea lo más sensato.

Canto épico a mi balda

Canto épico a mi balda

En mi cuarto hay una pequeña balda donde pongo los recuerdos y regalos que me dan. Puede sonar estúpido, pero es algo bastante importante en mi vida. ¿Qué se me ocurrió? hacerle una poesía. Algo un poco tonto pero que me pareció original. A lo tonto, resultó ser el poema más largo que jamás he escrito. Aquí tenéis tan solo el principio. El resto del poema quién sabe cuando podré publicarlo completo. Pero paciencia.

 

Siete torres la erigen.

Seis son hermanas,

la otra, blanca en la distancia se distingue.

En verdad son cadáveres,

pero orgulloso las expuse a vista de todos.

El titán las defiende, manco, pero imponente.

Su falta hace imaginar la fuerza pasada,

y el amarillo de sus ojos le pone siempre alerta.

El pequeño samurái, en posición tranquila

se antepone al silbido de sabiduría;

parece que él dirige el torrente de sonidos celestiales.

Su figura me recuerda a la gracia de su gente,

pequeña, pero dispuesta a derribar gigantes de tsunami.

A su lado está la anciana, llena de mentiras,

pero que ha huido de las llamas

y dirige con su batuta la marea de mis noches.

Ella siempre está acompañada de su pequeño gato,

distinto a todos, albino de su especie sentenciada,

que llegó a mí de forma opaca o quizás hasta mágica.

¡Oh!, qué decir de mi héroe de infancia.

Tú, que junto a tu caballo diriges el destino de tus compañeros.

Te me asemejas al destino que corrieron tus días, negros.

Llegaste a mí en la ciudad blanca

y desde entonces conservas mi pasado de ideas estancas.

Babieca casi aplasta con sus potentes patas

a las enemigas del sol.

(…)

Aquí unas fotos de dicha balda, a ver si la habéis imagino igual:

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PD: mi libro está participando en dos concursos literarios. Durante todo lo que queda de año pretendo participar en la mayor cantidad de concursos literarios que pueda. Si para 2017 no he conseguido de ninguna forma publicar el poemario, aunque sea de forma muy simple, para febrero o marzo tengo la intención de lanzar una pequeña edición autoeditada. Así que poco a poco se va a cercando el gran día.

Diarios de la purga: reflexiones

Diarios de la purga: reflexiones

(Leer con esto de fondo)

Es un poco extraño, pero todo al principio me resultaba bastante fácil, fue con el paso de las horas cuando los remordimientos aparecieron. Realmente no sé si fue debido a las drogas que me inyectaron o a que estaba tan asustado que no me daba cuenta de lo que realmente estaba sucediendo. Conozco a algunas personas que hubieran disfrutado como niños haciendo lo que yo tuve que hacer… pero os puedo asegurar que no hubo un instante de placer en aquella noche… Bueno, quizás sí, cuando finalizó todo. Asustado o no, lo que sí recuerdo son las caras, absolutamente todas las caras que me pusieron en frente. No dejaban que hiciera ningún esfuerzo más allá del necesario, y cuando mi cuerpo desfallecía debido a las heridas y al cansancio, me dejaban descansar, lanzándome frases con una actitud tan paternalista que rozaba lo ridículo entendiendo la situación en la que me encontraba.

Daré un pequeño rodeo antes de seguir con las hazañas de aquella noche. Sé qué es lo que más os interesará, nadie quiere detalles innecesarios en una narración de la noche de la purga, pero como ya estoy cansado de leer por todas partes lo mismo, no quiero, necesito que lo mío tenga un fondo distinto al de los demás; recordad que no participé por placer.

El haber sobrevivido no paga el hecho de sufrir estas pesadillas que tengo a diario… Una de las cosas que menos soporto de esta nueva moda de narrar las vivencias que todos hemos tenido en ese día es que, últimamente, me parece que quieren imbuir de heroísmo y respeto todo lo que ocurre, cuando la verdad es que nadie debería estar orgulloso de lo que se hace. No sé qué clase de sociedad puede permitir que un crimen tan atroz suceda una vez al año. Además, tampoco me creo esas patrañas de que así el resto del año bajan los índices de criminalidad. Un lobo que un día mata a una oveja no permanece a la espera 364 días para matar a la siguiente, quiere más. Otra cosa es la porción de realidad que llegue a nuestros televisores.

Volviendo a aquella noche, me acuerdo de mi primera víctima –si es que se le puede llamar así, más bien era una presa-. Era un tipo asiático, de unos cuarenta años. Ni siquiera estaba en la calle, esos asesinos entraron como locos en un portal y arrasaron con todo lo que encontraron en la primera puerta del primer piso, habitantes incluidos. Pero me dejaron un “regalo” –tal como me dijo el cabecilla de la banda-. Pese a darme un arma al principio de la noche -descubrí que no solo de bates iban armados-, de forma rápida me la arrebataron. En su lugar me proporcionaron un bate de béisbol; querían que mi primera vez fuera inolvidable. Desde luego que durante los primeros instantes me negué, ¿cómo iba a ser capaz de cometer tal barbaridad? Pero a medida que iban pasando los segundos sin que nada sucediera ellos se impacientaban más y más, y tenía muy claro qué iba a suceder si se cansaban de mí. ¿Cómo explicar con palabras la sensación que produce ver cómo el cráneo de una persona se hunde ante un objeto que tú golpeas con fuerza? El primer golpe no fue lo más duro, sino observar cómo me estaba ensañando con él. Y esto no fue producto de ninguna droga. Era miedo. Puro miedo. Desahogué mi frustración con aquella persona. Cada golpe que arremetía era un grito interno que salía de esa forma. Acabó con el rostro totalmente irreconocible. Apenas podían verse los dientes rotos entre la masa informe de músculos hinchados y desgarrados. Lo que veis en las películas, aunque no lo parezca, no está bien conseguido.

Otro aspecto tenebroso de ese día es el silencio que hay en la calle, teniendo en cuenta lo que está ocurriendo, las calles son un auténtico cementerio –nunca mejor dicho-. Es un silencio incómodo, que te hace mantenerte siempre al acecho por si acaso un peligro aparece. Ese año las armas superiores al nivel 4 estaban prohibidas, por lo que era raro escuchar explosiones en la lejanía. De aquel silencio todavía perdura el miedo en las noches en las que tengo que mantenerme despierto. Al final de la noche acabo con la mano agarrotada por la tensión que acumulo.

Os hablaré ahora de la máscara, máscara que pese a quemar nada más llegar a casa todavía conservo. ¿Por qué? Porque ellos se encargan de enviarme una copia exacta cada año, para así hacerme recordar todo lo que hice. Era blanca -aunque a medida que pasó la noche se fue tiñendo de rojo- y lo que más destacaba era la enorme nariz puntiaguda que sobresalía sobre el rostro, bastante austero en su totalidad. En la frente tenía escrito LTPFY con mayúsculas mal garabateadas, siglas que responden a Let the purge free you, al parecer el lema que todos esos lunáticos comparten como si fuera su patria. Más tarde me enteré de que esa máscara era una imitación casera de las que los doctores en la Edad Media utilizaban para auscultar a los enfermos de la peste. Este simbolismo tenía bastante sentido, pero la explicación no corresponde a este capítulo de mi diario.

No puedo decir que les cogiera cariño -a los que me «acogieron»- , estaría loco si me atreviera a afirmar eso, pero en cierta parte me sentí muy afortunado por haberme encontrado con ellos y no con otro grupo de sádicos. No me malinterpretéis, estos lo eran, pero en aquel momento pensé que la opción de vivir era una salida decente a aquella situación. Fue una especie de suerte maldita; tuve la fortuna de vivir pero a un precio interno que jamás pagaré. Tampoco guardo en mi interior un deseo de venganza demasiado grande. Por supuesto sería de mi agrado saber que algunos de los que me obligaron a hacer todo aquello lo han pasado mal, pero en verdad me estaría alegrando de la desgracia de otros inocentes -en cierta parte- como yo. Desde hace unos pocos meses he llegado a la conclusión de que si este tipo de gente tiene la libertad de hacer tales barbaridades, ¿por qué no hacerlo? Es bastante pragmático. Simplemente en este mundo hay gente que no se preocupa por la moralidad de ciertos actos, solo de si están prohibidos o permitidos en tal o cual país. No es mi forma de ver el mundo, pero no puedo culparles de este pragmatismo que lo inunda todo. Si hay gobiernos que permiten esta hecatombe, que permiten que la honradez de la sociedad acabe en el basurero de la decencia, nada puede cambiarse.

La cifra exacta de los que tuvieron que morir por mi culpa oscila entre siete u ocho. Lo sé porque nada más recuperarme físicamente de aquella noche dediqué todo un año a reunirme con los familiares de aquellas personas. Me importaba bien poco las posibles represalias por venganza,  sé que las merezco, simplemente necesitaba limpiar una culpa impuesta, una culpa que aunque no mía me ha tocado cargar para siempre. El nombre de cuatro mujeres y dos hombres es lo único que he podido averiguar de forma certera. Helenna Smith, Roberto Suárez, Sarah Goldberg, Hai Cheng -el asiático del que os he hablado-, Jane Ackles y Patricia Mayer. El nombre de las otras dos personas que tristemente tuvieron la mala fortuna de cruzarse en mi camino de desgracia no he podido rescatarlo.

Me he vuelto a desviar bastante del tema. Después de mi primera víctima, apenas a las nueve de la noche, fue cuando todo se volvió convulso. El tramo de tiempo que duró hasta las tres de la mañana fue bastante tranquilo, ya que fueron incapaces de encontrar a nadie indefenso. No fue hasta las 3 de la mañana cuando los acontecimientos se desbocaron. Pero este pertenece ya a otro capítulo.

 

El papel del hombre en el feminismo

El papel del hombre en el feminismo

Sé que por algún lado voy a recibir, pero bueno, mi opinión merece ser escuchada tanto como la de otros. Asunto turbio donde hay tantas ideas y propuestas como personas pueden hablar. Pero a ello voy. Aquí mi minúsculo granito de arena.

El otro día choqué con una idea con la que no estaba del todo de acuerdo, terminando todo esto en su correspondiente debate simpático. Al parecer el encargado de dar la charla principal en unos talleres informativos de una asociación feminista -URFEM-, con su correspondiente charla, fue un hombre. En la discusión que mantuve se habló sobre si los hombres eran las personas adecuadas para dar charlas en asuntos feministas -y de ahí se habló de la posición de los hombres en el feminismo-. Creo que comprendo ambas partes, así que allá voy.

Desde luego, el hecho de escoger a un hombre para realizar la charla central en una asociación feminista no es lo más adecuado, de hecho creo que podría decirse que es incluso algo erróneo. Aunque no estoy del todo de acuerdo con esta idea, puedo compartirla con algunos matices. Puede que esa persona estuviera lo suficientemente preparada para ello, no lo dudo, pero es bastante simbólico el hecho de que un hombre sea el encargado de dar la charla principal en unos talleres informativos sobre el feminismo. Un simbolismo, que aunque no buscado, puede resultar un tanto extraño para algunas personas. Matices que pueden molestar. Estos talleres son públicos, asisten personas ajenas a los miembros de la asociación, y creo que lo más prudente sería dejar que la persona encargada de llevar el peso de la charla principal fuera una mujer -teniendo en cuenta que eran los primeros talleres que realizaba dicha asociación-. Puede sonar tonto, pero dentro de los símbolos creo que tiene bastante sentido. En su defensa tengo que apuntar que la charla trataba sobre la «Tercera ola de feminismo», tema sociológico del cual creo cualquier persona puede estar capacitada para hablar sin problemas. No es un tema tan cercano al sentir feminista como podrían ser otros que sí afectasen de manera más directa a las mujeres.

Pero de ahí surge otro problema. ¿Qué papel deben tener los hombres en el feminismo? ¿Tienen la legitimación de dar charlas sobre problemas que, en un principio, no les afectan a ellos? ¿Dónde deben situarse y qué deben hacer? -ahí mi humilde opinión…-

-Que algo no te afecte no conlleva que no pueda preocuparte, estar concienciado de ello y querer ayudar siempre que se pueda. Llevándolo a otro terreno; alguien puede dar charlas sobre los estragos de la guerra y no afectarle en absoluto la misma, tan solo quiere ayudar. Sí, tal vez la persona que mejor pueda ejemplificarlo sea la persona que lo haya sufrido, pero no por ello hay que apartar a las personas que con buena actitud quieren aportar su ayuda desinteresada, aparte de injusto sería poco provechoso. Que un problema no te toque de forma directa no debería ser un impedimento para el hecho de querer ayudar con buena fe. Creo que si un hombre está lo suficientemente concienciado sobre los problemas asociados a la lucha feminista no debería existir ningún problema con que realice charlas informativas. Sería deshacerse de individuos muy capaces que podrían apoyar y secundar la lucha. Por individualizar, ¿negaríais a Alberto Garzón el dar charlas sobre feminismo? una de las personas quizás mejor preparadas en este país para hablar de este tema en cuestión con toda la autoridad del mundo.

-No obstante, LAS MUJERES DEBEN LLEVAR TODO EL PESO DE LA LUCHA, Liderarla. Soy de la opinión de que toda la sociedad, como un ente, debe ser la encargada de luchar contra el machismo, pero es innegable que son ellas las que, afectadas por el mismo, deben ir un paso por delante. Nosotros para ayudar -y concienciarnos- de que se trata de un problema muy grave del cual la sociedad debe librarse cuanto antes. Sus derechos son los que están afectados, no los nuestros. Es su lucha. Como he dicho antes, pueden alarmarte y angustiarte los problemas referentes al machismo y a la misoginia, ayudar, pero las mujeres son las afectadas por esta lacra y las que deben dar un paso adelante, imponerse y reclamar los derechos que por tanto tiempo se les ha negado. No deben estar subordinadas a nuestras acciones.

-El problema surge con los ingenios sagaces del machismo que han manchado la imagen del feminismo haciendo creer a los mal informados que se trata de la superioridad del género femenino por encima del masculino, que quieren quitar derechos al hombre. Estos, verdaderos genios del marketing, han hecho mucho daño. Son esos que han hecho creer que cuando se dice patriarcado se ataca a todos los hombres. Son esos los que han convertido en materia banal problemas como el de la depilación femenina, que tienen tanto derecho como otros problemas a preocupar a las feministas. Son estos los causantes de que se haga la comparación de:

       Machismo = feminismo

                                                                                     Igualdad

Pasándose por el forro el verdadero significado del feminismo. ¿A que hace diez años nadie dudaba de lo que significaba? Toda la sociedad tenía muy clara la intención de la lucha feminista. Justo cuando la lucha se propaga y se convierte en un movimiento social potente que amenaza con la posición cómoda del patriarcado -o como maldita sea queráis llamarlo- es cuando el ataque furibundo hacia el feminismo comienza. Pensadlo.

Por favor. INFORMACIÓN, INFORMACIÓN E INFORMACIÓN. Ya sea en el feminismo o en cualquier otro apartado de la vida.

PD: a modo de mensaje adjunto. Absteneos a utilizar la palabra «feminazi». No debería decirlo, pero aún así… Este término despectivo lo creó Rush Limbaugh -miembro del Partido Republicano de los EE.UU- para hacer referencia a las feministas que defendían el derecho al aborto, comparando esto con el mismísimo Holocausto. Si consideráis que alguna feminista está diciendo soberanas tonterías y se le está yendo de las manos el asunto pensadlo antes de soltar esa palabra. Porque cualquier podría serlo.

PD 2: Me da igual la terminología, aliado o feminista, son nimiedades. El caso es ir todos juntos a luchar la misma enfermedad.

«Hausu» – crítica

«Hausu» – crítica


Hausu es una película que merece más la pena ser vista por su imaginería y puesta en escena que por su trama, clásica y tópica de cualquier película de terror con tintes japoneses. No es una película para cualquier persona; si eres de esos que ansía sobre todo un cine adulto y maduro, que te haga pensar pero para bien, esta no es tu película, pues en ningún momento la película rezuma ni lógica ni sensatez. «Absurda» es la palabra que a grandes rasgos creo que mejor define la película. Para aquellos que los conozcáis, esta obra maestra es como si un director hubiera convertido una canción de «Maximum The Hormone» o «Dog Fashion Disco» en una película. Todo fue grabado en apenas dos meses, con actores sin experiencia debido a que ningún actor japonés con un mínimo de reputación se atrevía a intentarlo. Toho, la productora de la película, llevaba una mala racha por su estancamiento respecto a los guiones, y con lo que aquí hicieron, un auténtico suicidio para algunos, remontó. Iré comentando uno a uno algunos de los distintos apartados del film para que así sea una crítica fácil de leer:

Sinopsis: la película se centra en la figura de Oshare, una joven huérfana de madre que, al enterarse de que su padre ha iniciado una nueva relación con una bella mujer, se niega a realizar su viaje anual con su padre. En su defecto, acordándose de su tía, que permanece desde hace años sola en una mansión en las montañas en espera de su difunto marido, decide ir junto a sus amigas a volver a verla tras diez años de ausencia mutua. Cuando el grupo de amigas llega a la mansión comprueban de primera mano que no todo es tan agradable como lo habían imaginado en un principio.

Personajes: la película no destaca en este apartado, ya que la mayoría de personajes están construidos de forma prototípica. Las amigas de Oshare no dejan de ser personajes tipo que recuerdan mucho a los personajes de cualquier manga o anime. Sus propios nombres nos indican que son personajes vacíos que solo sirven para rellenar. En pocas palabras podrían resumirse de la siguiente manera:

Melody: amante de la música y virtuosa del piano.

Fanta: chica fantasiosa -su nombre proviene de «Fantasy»- y tímida. Enamorada de su profesor.

Gari (empollona): cómo no, lleva gafas redondas. Ella aporta su punto de vista escéptico a las aventuras que experimentan las jóvenes.

Sweet (asustadiza): siempre grita con voz aguda. Totalmente indefensa y pasiva.

Kung Fu: ¿el mejor personaje jamás creado? Chica atlética que recurre a sus habilidades de Kung Fu cuando el peligro acecha. Sí, se defiende de lo sobrenatural a patadas. Gracias a ella la película se rompe de manera increíble, ya que pasamos de una escena donde se toca una melodía preciosa al piano a una en la que esta chica, mediante cabriolas y patadas se deshace del mobiliario flotante de la casa.

Mac (apetito): siempre está comiendo. Dibujada como la clásica chica zampabollos. Personaje muy simple y aburrido.

Oshare: único nombre normal que justamente coincide con el hecho de que sea el único personaje medianamente bien construido.

Pese a la simpleza de la mayoría de personajes, esto ayuda a crear esa sensación de ruptura entre unas escenas y otras, pues gracias a tanto personaje variado el sentido de la cinta puede cambiar de forma muy rápida y abrupta, algo que la hace muy entretenida.

Influencias: imaginaos que Tarantino y Sam Raimi han tenido una hija en el castillo de Osaka mientras que Godzilla arrasa la ciudad, y que mientras se producía esta gestación los dos directores fumaban opio mientras veían anime; pues esas son las influencias de esta película. E incluso con esta descripción tan tonta no se puede del todo imaginar lo que es la película, ya que consigue un estilo muy personal. Es un auténtico caos de influencias que crea un producto novedoso que tardará muchos años en volver a ser visto -si es que alguna vez se ha podido hacer algo semejante a esta película-. Es importante destacar que la película vio la luz en el año 1977, cuando aún faltaban varios años para que Sam Raimi sacara su famosa The Evil Dead, película junto a The Evil Dead II que por sus características creo podría ser la que mejor se comparase a esta. Otros lo hacen con películas como «Rocky Horror Picture Show» o «Suspira». Podemos pasar desde auténticas escenas de artes marciales a escenas idílicas al más puro estilo «shojo» donde las amigas comparten sus historias, todo ello mezclado con música angelical y fondos psicotrópicos. También aparece el gore, por supuesto el terror, el absurdo y los viajes astrales producidos por la droga. La película lo tiene todo en apenas hora y media de duración.

Imagen y construcción: Dios mío, la originalidad de la fotografía y de la creación de las escenas es de lo mejor que he visto en mi vida. Nada más por ello merece ser vista esta película. Desde fondos absurdamente -y a conciencia- mal pintados a efectos psicodélicos cutres propios de un guion realizado con la ayuda de hongos y LSD -no es broma, todos los críticos llegan a la misma conclusión-. Pensando en metáforas, la película podría ser una alegoría de un viaje psicodélico producido por las drogas; todo encaja. Por otro lado, las escenas realizadas con croma en ocasiones están realmente bien hechas para la época, mientras que los efectos dibujados, parece que a mano, desentonan demasiado en la película, aunque esto sin duda también está hecho a posta. Las escenas absurdas se encuentran muy bien acompañadas con planos ingeniosos de cámara, cambios rápidos de punto de vista, música que no encaja con lo que ocurre, flashes a destiempo, música atronadora de fondo, saltos de cámara mal hechos, cronofotografía que no viene a cuento, situaciones incómodas para el espectador -pechos de… menores creo-, actuación de las actrices exagerada -como no podía ser de otra forma en una película asiática- y sucesos que rozan lo inimaginable. Durante treinta minutos la película no te otorga descanso, ya que las situaciones ridículas se suceden de forma vertiginosa.

Desde escenas más o menos tenebrosas como esta:

A otras tan (…) como esta:

(Eso de meter autotune al maullido de gatos no es nada nuevo)

Banda sonora: muy lograda para una película de estas características. Solo tiene un fallo: ellos mismos sabían que consiguieron melodías muy pegadizas y apropiadas, lo sabían tanto que les dio por repetirlas incesantemente a lo largo de toda la película. Apenas compusieron cuatro canciones realmente buenas, pero que suenan demasiadas veces a medida que avanza la trama. Eso sí, tan bien escogido el momento en el que comienzan a sonar que sabes que algo malo ocurre aunque cierres los ojos y decidas no seguir viendo la película. Si por ejemplo Kung Fu comienza a dar patadas, inmediatamente su canción característica suena. Si alguna escena bonita aparece, la canción instrumental suena. Algo muy anime de nuevo, imposible en cualquier película occidental, pues cansaría al espectador. Siempre así. Abajo os pongo dos ejemplos de lo que creo es lo mejor musicalmente -aunque merece la pena escuchar toda la «soundtrack», es bastante interesante-:


Sentido de la película: PUEDE CONTENER SPOILERS, SI OS INTERESA VERLA NO SIGÁIS LEYENDO A PARTIR DE AQUÍ.

La tía de Oshare pretendía atraer a la joven para poseerla, conseguir su cuerpo y así poder sentirse de nuevo joven para continuar con su misión; atraer y matar a chicas jóvenes sin casar, ya que ella permaneció por siempre esperando a su prometido que le prometió que volvería. Como este no volvió, se convirtió en un ser ruin que solo quería hacer daño a los demás. Lo que se deja muy mal explicado es cómo, la ya anciana, consigue esos poderes tan extraños, propios de lo sobrenatural, y creo que he captado cómo. En algún momento de la película se afirma que algunos gatos -refiriéndose a Shiro, el gato mascota de Oshare- pueden abrir un portal con el más allá. Así que supongo que gracias a este gato la anciana puede conseguir esos poderes. Aunque es poseída en cierta parte la muchacha también consigue ganar, ya que cuando su madrastra va a visitarla, gracias a estos nuevos «poderes», consigue su venganza.

Lo que me da pena son las amigas, que sin buscárselo acaban todas masacradas.

 Movie poster illustrates the aunt's cat Blanche sitting on a pedestal before the aunt's house which is surrounded by trees and flames. Text at the bottom includes the film's title production credits, and small portrait shots of the cast members.