Reseña de «El nombre del viento» (Patrick Rothfuss)
(Ilustración de la edición del 10º aniversario)
Lo bueno de esta novela es que se puede hablar abiertamente de ella sin hacer grandes spoilers -pero id con cuidado-. No interesa tanto lo que sucede -como es obvio sí tiene su importancia ya que es una novela, algo tiene que suceder- sino ver el proceso de todo ello, un proceso largo y complejo que llena a los personajes de un realismo pocas veces visto en una novela de ambiente fantástico. El centro de la narración es la historia de Kvothe, historia que el mismo cuenta al escriba y a Bast. Hago mención al resto de obras fantásticas porque, pese a poder haber excepciones, sus personajes no se caracterizan por un trasfondo moral o histórico muy complejo. Suelen ser personajes tipo que encarna o bien el papel del héroe o del malvado. Si bien sí que se gastan páginas en presentar al protagonista, jamás se ha hecho con tanta extensión como en este caso.
Me gustaría empezar diciendo que se trata de una fantasía veraz. Parecen términos contradictorios pero no es así. Dentro del mundo de fantasía que crea -una fantasía rebajada, por lo menos a lo que respecta el primer libro- todo es realista según los paradigmas que el autor ha dejado claros ya. Se crea una mitología de la que no se sale. La narración es fiel a lo que esa mitología le permite hacer. Ese mundo sufre más de los problemas terrenales, compartidos con cualquier lector, como pueden ser la hambruna, la falta de dinero o las relaciones sociales. No temen a seres fantásticos, temen a no poder pagar los intereses de una deuda adquirida. Y por Dios, me digo para mis adentros, ¿no es eso lo menos fantasioso posible? No, porque está mezclado con toques de fantasía que crean un mundo único. Para compararlo con algo, podría confundirse con una Edad Media donde la alquimia sí funcionase de veras. No encontramos nada exagerado; lo más parecido a axagerado es SPOILER una especie de dragón, pero acompañado este pasaje con una extensa descripción casi naturalista, hacia el final del libro, que nos hace ver que un dragón es en verdad un gigante lagarto como árboles que para reproducirse y llamar la atención de la hembra echa fuego por la boca. Tampoco se queda todo en un mundo terrenal, siempre se añaden pequeñas narraciones sobre la magia o la mitología del mundo para recordarnos que hay algo más, para hacernos creer que sí existe algo oculto.
Relacionado con esto, el desarrollo de los personajes es bestial. Puede parecer que hay numerosos capítulos evitables -y tal vez en lo narrativo así sea-, pero el protagonista no sería el mismo sin esos capítulos donde se crea y crece su personaje. Kvothe no haría ciertas cosas si no fuese por un pasado que él y el lector conocen. Bien cierto es que capítulos como los sucedidos en Tarbean relantizan la obra, pero esto forja un carácter en el todavía niño Kvothe que condicionará al completo su nueva vida posterior en La Universidad. Entiendo que a ciertos lectores esto les pueda parecer tedioso, es dibujar un personaje hasta la exasperación, pero debido a la originalidad del autor todas estas historias están repletas de sub-tramas que hacen que siempre haya algo que el lector quiera conocer.
(Imagen sacada de https://i.pinimg.com/)
La técnica de contar algo a los personajes -Bast y cronista oyentes a la vez que el lector- funciona. Encaja además muy bien en la personalidad del protagonista, Ruh de corazón; solo él debe y puede contar su historia. Se trata de una especie de muñeca rusa, al estilo de una matrioska, donde un relato está dentro de un relato que a su vez se encuentra en un relato. En verdad esta técnica se denomina «narración enmarcada», pero creo que así se ve mucho mejor.
Una pega, que no todo es perfecto, el final, que no es final, deja con ganas pero no es nada del otro mundo. SPOILER La narración que el protagonista está haciendo concienzudamente es interrumpida por un ataque fortuito de un demonio. No tiene final; el libro simplemente continua en el siguiente tomo. No se ha llegado, narrativamente hablando, a ningún punto clave o fundamental, al menos a mi parecer. Consigue matar al dragón que asola al pueblo a la vez que descubre una entrada secreta al Archivo. Mientras, en su presente, Bast, de una forma un tanto agresiva, obliga a Cronista a que en su copia se centre más en los datos positivos que negativos de la historia de Kvothe, pues la nueva vida oculta en la taberna donde se encuentran poco a poco está matando al en otro tiempo poderoso pelirrojo. Bast quiere animar a su amigo, que vuelva a ser como antes, y Cronista es el cebo que lleva lanzando mucho tiempo el joven. Ahí acaba todo. Tanto el presente como el pasado quedan cortados por la mitad para seguir con la narración en el siguiente libro. Sin duda perfecto para llevar a toda la masa de lectores al siguiente libro y tener excusa para muchos más, pero muy desesperante para el lector que quiere saber todavía los misterios, que son todos, que quedan por resolver.
Para terminar con un buen sabor de boca, que es lo que te deja este libro después de leerlo, esa pega es insignificante, he de decir que su calidad, en cuanto al léxico, elección de palabras, belleza del lenguaje, es inmensa. Mezclado con canciones trovadorescas, descripciones de sentimientos humanos profundas, no se le puede tachar absolutamente nada. Abajo pongo lo que sin duda es la página que para mí más mérito literario tiene. El extracto es un poco más extenso de lo que suelo acostumbrar a poner en estas reseñas, pero realmente esta primera página del capítulo 18, «Caminos a lugares seguros» me ha parecido sencillamente una obra de arte. Merece la pena leer el libro, nada corto, tan solo por poder disfrutar de todo el sentido agrío, bello y sincero de estas palabras:
Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades.
La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta.
La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que «el tiempo todo lo cura» es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta.
La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
La última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.
Para terminar, como siempre, quisiera hacer un pequeño apunte. No me he leído ni la continuación –El temor de un hombre sabio– ni las otras dos historias cortas sobre dos de los personajes, – La música del silencio, libro sobre Auri, y El árbol del relámpago, libro sobre Bast,- pero tengo la sensación, y creo que no es infundada, de que este libro, y supongo que el siguiente, sirven como posiblemente el prólogo más extenso jamás ideado en la historia de la literatura. Quizás el tiempo no me dé la razón y el propio Rothfuss falle a su promesa de idear un mundo más extenso, pero por favor que no sea así. Y aquí también está parte de la capacidad creativa del estadounidense; una trilogía -con suplementos- que supera con facilidad las 3000 páginas no sería más que un prólogo para un mundo muchísimo más extenso. ¿Como hacer esto de una forma entretenida sin parecer que se está escribiendo la nueva Biblia o la General estoria? Parece que el misterio se lo tiene bien guardado el bueno de Patrick. Calidad y maestría supongo.
Recomendadísimo, faltaría más. Muchas gracias Camarasa amor mío por recomendármelo. Intentad al menos echarle un vistazo. Calma. Es un libro extenso que no merece la pena leerlo rápido y mal, más teniendo en cuenta la secuela además del tercer súper esperado por todos tercer libro. Sé con certeza que no decepcionará a nadie.