Kathleen Hanna (Bikini Kill) revela su enfermedad
Bikini Kill’s Kathleen Hanna reveals illness, reconfirms awesomeness in ‘The Punk Singer’
Sacado de // From: http://insidemovies.ew.com
The Punk Singer (hecho por Sini Anderson), el íntimo y estimulante retrato de la fundadora de las Riot Grrrls Bikini Kill y Le Tigre, Kathleen Hanna, se estrenó mundialmente en el SXSW esta semana, y es una película en la que no puedo dejar de pensar. En ella, Hanna revela por primera vez que ella se fue de la escena musical después de ser atacada por la enfermedad de Lyme, que le llevó a un diagnóstico de seis largos y difíciles años. En el peor momento de la enfermedad, ésta le impedía cantar a Kathleen y también temía quedarse en silla de ruedas.
“Estaba avergonzada,” cuenta a EW sobre su decisión de mantener su enfermedad en secreto. «Yo quería ser el tipo de persona que puede soportar cualquier cosa y que nada puede pararle» Pero ahora, ya todo descubierto, ella es hasta bromista sobre su salud. Cuando se dio cuenta de que este reportero estaba mirando fijamente y con dudas a unos vasos sobre la mesa, ella dijo “Uno de estos es mío, pero no te preocupes. No estoy enferma. La enfermedad de Lyme no es contagiosa»
Aquí podéis ver un pequeño extracto de la película:
IN ENGLISH
The Punk Singer, Sini Anderson’s intimate, invigorating portrait of Riot grrrl founder and former Bikini Kill and Le Tigre frontwoman Kathleen Hanna, world premiered at SXSW this week and it’s the film I can’t stop thinking about. In it, Hanna reveals for the first time that she dropped out of the music scene after being stricken low by Lyme Disease, a diagnosis that took six long, hard years for doctors to make. At its terrifying peak her illness robbed Hanna of that raw belt of a singing voice and she worried she’d soon be bound to a wheelchair. Watch a clip below:
“I was embarrassed,” she tells EW of her decision to keep her disease a secret. “I wanted to be the person who could handle anything and was unstoppable and didn’t want to disrupt that myth I even had about myself.” But now, finally unburdened, she’s come to a place where she is funny and forthright about her health. When she caught this reporter looking with confusion at the two glasses of water in front of us on the table, she waved her hand to grab either. “One of those is mine, but don’t worry. I’m not sick. Lyme Disease isn’t contagious.”