Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Mi patria

Mi patria

Mi patria es el corazón de mis amigos. Una patria por la que moriría. Mi bandera son mis seres queridos. Una bandera sobre la que yacería. No creo en trozos de tela que quieren expresar mucho y no son capaces de llegar al alma de todos. La patria exigiría fiel y completa pasión por ella; son necios si pretenden que una entidad fantasma, dios de naciones, pueda conseguir tal misión. El vínculo que tengo con su patria es tan débil que soy capaz de caminar sobre el lecho de mentiras que deja ante su arrastre agónico. Tampoco creo en falsas promesas. El único independentismo en el que creo es en el de separarnos de nuestros miedos. Y esa revolución deseo y espero que sea violenta en todos sus aspectos.

Sin límites

Sin límites

Hacía tiempo que no me sentía tan cómodo escribiendo algo. ¿Y por qué? Porque me he desprendido de todo. Siempre he tenido ciertas reticencias sobre dejarme llevar demasiado con la escritura. Siempre hay un biombo en el que nos ocultamos para no ser nosotros mismos. Aunque no nos demos cuenta la «norma», lo «bueno», lo «valorable» ha calado demasiado en nosotros, y sin querer nosotros mismos nos censuramos a la hora de dejarnos llevar por lo que escribimos. Consideramos a los «clásicos», algo intocable, dignos de admiración y paradigmas de la buena escritura. Hay que imitarlos por encima de lo que deseamos ser. No premiamos el impulso interno, nuestra esencia más clara. Y también tenemos miedo a expresar lo que somos. Nos hacen creer que una vida digna es la que genera un trabajo que será recordado; y esto es la mayor de las mentiras. Una buena vida es aquella en la que disfrutamos haciendo lo que nos gusta y rodeándonos de los que adoramos. No debemos preocuparnos por un futuro que ni tan siquiera sabemos si existirá.

Pero esta vez no se lo he permitido a mi mente. Estoy disfrutando de una escritura casi automática, iniciando una narración por la que algunos me podrían tildar de loco de la cabeza. Solo la entenderé yo y la persona a la que va dirigida -somos igualmente de tontos-, y la vamos a disfrutar como el mejor clásico de los clásicos o el mejor best-seller de los best-seller. Y habré triunfado, porque ese es el objetivo de la literatura.

Me he prometido no olvidar

Me he prometido no olvidar

Hoy escribir poesía me parecería una falta de respeto. Hoy me he prometido no olvidar. Dejar una pequeña constancia aquí, para que nunca quede demasiado lejos todo lo que está ocurriendo. Recordaré por aquellos que insisten en desprestigiar la memoria. Me lo he prometido porque he comprendido que ya los votos son secundarios. No quedarme en el conformismo. Saber que llevarles la contraria conlleva su violencia; y que pretenden que permanezcamos quietos y callados, recibiendo de buena gana sus golpes. Cualquier causa se ha visto ensombrecida por la represión de hoy, domingo, 1 de octubre. He visto imágenes que tardaré en desdibujar de mi cabeza:

(Desconozco su autor)

Y no hablemos de los vídeos:

No lo dudes, patadas por la democracia. Queremos que se queden y por eso se lo recordamos a base de palizas lo buenos que somos. El referéndum es ilegal, quién osa hacer algo ilegal. Nadie en la historia ha roto con la legalidad para llegar a donde estamos, por favor. Claro, la legalidad es un fantasma para ellos cuando se trata de defender su causa. Defendemos la democracia impediendo unos votos, nadie ama más que nosotros a la democracia. 844 heridos de la democracia. Deberían estar contentos esos heridos, han sido atacados democráticamente por los representantes de la democracia. Es justo. Es la violencia de todos.

Si yo, lejos de toda la violencia, así me he prometido recordar, imaginad aquellos que han sentido los golpes en su cuerpo. No olvidarán jamás. Los hemos perdido para siempre. Han logrado justo lo contrario a lo que querían; ya no tienen motivos por los cuales querer permanecer junto a nosotros.

Hablaba de las raíces hace poco, pero me olvidé de que algunas siguen llenas de veneno del pasado. Han sido otras raíces las que han sacado a la vista lo peligroso del mismo. No me gusta ninguna de esas raíces, no comparto sus caminos, pero que pretendan arrancarlas del subsuelo por la fuerza por querer seguir, libremente, con su camino, es penoso. La democracia dura hasta que sus dueños se dan cuenta de que les llevan la contraria.

Urnas que muerden

Urnas que muerden

Vigilar una urna es como acordonar las raíces de un árbol por encima de la tierra, inútil. Las raíces continúan perforando la roca aunque detrás de ella se encuentre un acantilado y todo acabe ahí. Yo prefiero que los árboles, todos, junten sus ramas y creen un frondoso suelo en el techo para poder estar más cerca del sol, pero eso es lo que yo quiero. Bosques de los jamás vistos, de los que sé que nunca tendremos. No me refiero a un suelo, sino a todos los suelos juntos. Suelos del sur, este, norte y oeste juntos formando un nuevo cielo. Eso es lo que quiero yo, tristemente un solo árbol entre los millones que hay, y ni pretendo ni quiero, porque sé que no puedo, ni debo, acallar al resto. Al final todo lo que veo son mordiscos. Mordiscos que no dejan huella en la piel. La dejan más cerca del interior, donde los fallos son más visibles. Mordiscos que al arrancar la carne dejan visible el cáncer que ocultaba. Y luego el resto de cánceres, listos como ellos solos, verán el ajeno que ha quedado a la vista, y aprenderán de él. Y supongo que así seguirá todo, cánceres ocultos que ya forman parte de nosotros tanto como nuestra piel.

Sigo sin saber escribir

Sigo sin saber escribir

A veces no sé qué escribir, y me asusto. Corro más rápido que las balas, me descompongo mejor que los cadáveres y doy mejor sombra que el sol, pero sigo sin saber qué escribir. Algo se llena, y se llena, y se llena, y se llena, y se llena, que ojalá explotase, pero sé que no va a hacerlo. Explotar en mil pedazos sería bonito; tendría un fin, un objetivo. Es un globo eterno, nube de veneno, que me llena por dentro. Dentro de mí cabe todo, una perfección de plenitud negra. Y sigo sin saber escribir. Sigo sin saber escribir, porque si supiera hacerlo, hubiese escrito esa carta de despedida hace mucho tiempo… Por ahora tan solo un prólogo.

Reseña «La rima del viejo navegante» -y otros poemas- (Samuel Taylor Coleridge)

Reseña «La rima del viejo navegante» -y otros poemas- (Samuel Taylor Coleridge)

Hay clásicos de la literatura que debes leer. En este caso, si te gusta la poesía, el que voy a analizar es uno de ellos. Una de las obras cumbre de la literatura inglesa, creada por uno de los poetas más importantes de la literatura anglosajona en uno de los movimientos más trascendentales de la literatura universal, el Romanticismo. La rima del viejo navegante contiene todos los elementos típicos y que marcan al Romanticismo, y es un poema que servirá de influencia a otros escritores venideros.

Empezando con el análisis, me gustaría empezar poniendo unos versos que me parecen muy paradigmáticos de lo que se trataría este largo poema.

Her beams bemocked the sultry main,
Like April hoar-frost spread;
But where the ship’s huge shadow lay,
The charmèd water burnt alway
A still and awful red.
Sus rayos engañaban las bochornosas aguas
como la pálida escarcha que en abril se extiende;
pero donde llegaba la inmensa sombra de la nieve quita,
las maléficas aguas seguían ardiendo
con quietos y terribles resplandores rojizos.
Maleficio, naturaleza misteriosa, rayo de luna, desesperación. Lo tiene todo. Yendo al tema del poema, este trata sobre un anciano marinero que, junto a su tripulación, viaja hacia el polo sur y, una vez llegados a punto tan exótico, inicia su viaje de regreso. Cuando se encuentran de regreso, un albatros, símbolo y representante de Dios en ese viaje tan peligroso, acompaña al barco junto a una brisa que les dirige directos de vuelta a casa. Pero en un momento de locura transitoria, el anciano marinero, odiando esa estampa de buenaventura, asesina al querido albatros mediante una ballesta. Todo serán desdichas entonces para la tripulación, que no conseguirá volver al hogar hasta pasados varios días.
Algunos ven este poema como una representación metafórica del sentimiento de culpa del autor, Samuel Taylor Coleridge. Hombre con constantes problemas con el alcohol que podría estar fielmente representado por ese anciano marinero que decide acabar con el símbolo de libertad del resto de las personas. Ese sentimiento de culpa, arrepentimiento y miedo por lo hecho es capaz de captarlo a la perfección en algunos versos, como los siguientes:
One after one, by the star-dogged Moon,
Too quick for groan or sigh,
Each turned his face with a ghastly pang,
And cursed me with his eye.
Uno tras otro, bajo la luna escoltada por la estrella,
sin tiempo para gemir o suspirar,
todos fueron volviendo su rostros hacia mí con una angustia horrible,
y me maldijeron con la mirada.
No obstante, y bien enlazado y en consecuencia con la profunda religiosidad de los autores ingleses, al final siempre hay esperanza si se cree en Dios o se tiene fe en él, aunque siempre con un castigo de por medio. En este caso el castigo del viejo marinero sería el de relatar eternamente las vivencias, y los oyentes dando igual el compromiso que tengan, se quedarán ensimismados en su narración, como si se tratase en un auténtico encantamiento.
Es un poema largo del que se puede opinar y analizar largo y tendido, pero debido a que hay varios poemas más en esta colección, no quiero entretenerme demasiado. Por último añadir que Espronceda pudo utilizarlo como influencia en su Canción del pirata, pero llevando el Romanticismo depresivo y de muerte al exaltado y de libertad.

Me quiero centrar ahora en el poema que más me ha llamado la atención de esta colección, Cristabel.
Este poema, más reducido en extensión que el anterior, trata de cómo una joven, la cual da título al poema, vagando por el bosque en busca de ausencia de recuerdos por la partida de su enamorado, se encuentra con una bella dama que ha sido molestada por cinco jóvenes. En un ejemplo de solidaridad con la dama, de nombre Geraldine, ambas vuelven juntas al dormitorio de la primera, pero cuando se disponen a introducirse en el lecho, Cristabel descubre una deformidad en el cuerpo de Geraldine, y antes de poner hacer nada, cae rendida ante sus encantos.

En el poema se encuentra una de las primeras apariciones del vampirismo en la literatura inglesa según los estudiosos. A mi parecer no es tan claro que sea una vampira, o no al menos la imagen que tenemos en la actualidad de vampiro, pero sí se ve claramente que es un ser, cuanto menos, endemoniado. Aparecen a su vez ciertos indicios de lesbianismo y, según la crítica, feminismo -quizás la acción de las dos mujeres de huir del destino zanjado por el padre de una y de la victoria del ser endemoniado sobre los demás-.

Junto a este lesbianismo, como no, encontramos bastante sexualidad -entendiéndola en la época por supuesto- a lo largo del poema:

Like one that shuddered, she unbound
The cincture from beneath her breast:
Her silken robe, and inner vest,
Dropt to her feet, and in full view,
Behold! her bosom – and her side

Como si se estremeciera, desató,
el cinturón que rodeaba su talle:
el traje de seda, la camisa interior,
cayeron a sus pies, y bien a la vista,
¡contemplad!, su pecho y parte del costado.

Este poema se encuentra inconcluso, y no queda muy claro lo que pasa al final. Lo que sí parece es un triunfo del ser endemoniado sobre los intentos de Cristabel por avisar a su padre de el verdadero ser que se esconde tras la bella funda que es Geraldine.

Adentrándonos en otro poema, Helada a medianoche es bastante personal. El poeta se encuentra en mitad de la noche despierto, y junto a él su niño, dormido tranquilamente en la cuna. Salen de su interior versos de recuerdos del pasado y de admiración hacia el presente. Es el poeta más personal, amante de su familia, que observa como su pequeño hijo crece. En este poema he visto unos versos que me han encantado:

Therefore all seasons shall be sweet to thee,
Whether the summer clothe the general earth
With greenness, or the redbreast sit and sing
Betwixt the tufts of snow on the bare branch
Y así, todas las estaciones serán exqusitas para ti,
ya vista el verano a toda la tierra
de verdura, o ya el petirrojo se recoja para cantar
entre los copos de nieve sobre la rama desnuda.
En Abatimiento: oda, otro poema, las preocupaciones del poeta son notables. Se basa en una antigua creencia por la cual si la luna Nueva, en su circunferencia tiene visible la luz de la luna, significa que viene tormenta. Relaciona esto con la imaginación, el motor de su vida, y como esta va desapareciendo:
‘Tis midnight, but small thoughts have I of sleep:
Full seldom may my friend such vigils keep!
Visit her, gentle Sleep! with wings of healing,
and may this storm, be but a mountain-birth
Es medianoche, pero en l oque menos pienso yo es en dormir:
¡Que no tenga que pasar muchas veces mi amiga estas vigilias!
Visítala, dulce sueño, con alas sanadoras,
y que se quede esta tormenta en un parto de los montes.
En Epitafio se ve a un poeta pensando ya en el día de su muerte. Pide a los demás que recen por él, pues ya se ve morir. Sabe que no tiene futuro y su mejor idea es dejar una especie de poema – epitafio para que los demás lean lo que el poeta quiere. Dejo aquí el poema entero pues apenas son ocho versos:
Stop, Christian passer-by!—Stop, child of God,
And read with gentle breast. Beneath this sod
A poet lies, or that which once seemed he.
O, lift one thought in prayer for S. T. C.;
That he who many a year with toil of breath
Found death in life, may here find life in death!
Mercy for praise—to be forgiven for fame
He asked, and hoped, through Christ. Do thou the same!
¡Detente, cristiano caminante! ¡Detente, hijo de Dios,
y lee con manso pecho! Bajo esta tierra
descansa un poeta o eso que una vez lo pareció.
¡Oh, eleva una meditación en plegaria por S. T. C.;
aquel que muchos años con esfuerzo alentando
encontró la muerte en vida, pueda aquí encontrar la vida en la muerte!
Misericordia por la loa: que sea perdonado por la fama
que pidió y esperó, por medio de Cristo. Haz tú lo mismo.
Grandes poemas de uno de los mejores poetas de la literatura anglosajona. Si os interesa la poesía, es una buena elección. Sorprendéntemente los originales ingleses son bastantes fáciles de leer. En ocasiones hay poemas en los que no hace falta apenas ayudarse de la traducción española para seguirlos con facilidad. 8/10