Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

El papel del hombre en el feminismo

El papel del hombre en el feminismo

Sé que por algún lado voy a recibir, pero bueno, mi opinión merece ser escuchada tanto como la de otros. Asunto turbio donde hay tantas ideas y propuestas como personas pueden hablar. Pero a ello voy. Aquí mi minúsculo granito de arena.

El otro día choqué con una idea con la que no estaba del todo de acuerdo, terminando todo esto en su correspondiente debate simpático. Al parecer el encargado de dar la charla principal en unos talleres informativos de una asociación feminista -URFEM-, con su correspondiente charla, fue un hombre. En la discusión que mantuve se habló sobre si los hombres eran las personas adecuadas para dar charlas en asuntos feministas -y de ahí se habló de la posición de los hombres en el feminismo-. Creo que comprendo ambas partes, así que allá voy.

Desde luego, el hecho de escoger a un hombre para realizar la charla central en una asociación feminista no es lo más adecuado, de hecho creo que podría decirse que es incluso algo erróneo. Aunque no estoy del todo de acuerdo con esta idea, puedo compartirla con algunos matices. Puede que esa persona estuviera lo suficientemente preparada para ello, no lo dudo, pero es bastante simbólico el hecho de que un hombre sea el encargado de dar la charla principal en unos talleres informativos sobre el feminismo. Un simbolismo, que aunque no buscado, puede resultar un tanto extraño para algunas personas. Matices que pueden molestar. Estos talleres son públicos, asisten personas ajenas a los miembros de la asociación, y creo que lo más prudente sería dejar que la persona encargada de llevar el peso de la charla principal fuera una mujer -teniendo en cuenta que eran los primeros talleres que realizaba dicha asociación-. Puede sonar tonto, pero dentro de los símbolos creo que tiene bastante sentido. En su defensa tengo que apuntar que la charla trataba sobre la «Tercera ola de feminismo», tema sociológico del cual creo cualquier persona puede estar capacitada para hablar sin problemas. No es un tema tan cercano al sentir feminista como podrían ser otros que sí afectasen de manera más directa a las mujeres.

Pero de ahí surge otro problema. ¿Qué papel deben tener los hombres en el feminismo? ¿Tienen la legitimación de dar charlas sobre problemas que, en un principio, no les afectan a ellos? ¿Dónde deben situarse y qué deben hacer? -ahí mi humilde opinión…-

-Que algo no te afecte no conlleva que no pueda preocuparte, estar concienciado de ello y querer ayudar siempre que se pueda. Llevándolo a otro terreno; alguien puede dar charlas sobre los estragos de la guerra y no afectarle en absoluto la misma, tan solo quiere ayudar. Sí, tal vez la persona que mejor pueda ejemplificarlo sea la persona que lo haya sufrido, pero no por ello hay que apartar a las personas que con buena actitud quieren aportar su ayuda desinteresada, aparte de injusto sería poco provechoso. Que un problema no te toque de forma directa no debería ser un impedimento para el hecho de querer ayudar con buena fe. Creo que si un hombre está lo suficientemente concienciado sobre los problemas asociados a la lucha feminista no debería existir ningún problema con que realice charlas informativas. Sería deshacerse de individuos muy capaces que podrían apoyar y secundar la lucha. Por individualizar, ¿negaríais a Alberto Garzón el dar charlas sobre feminismo? una de las personas quizás mejor preparadas en este país para hablar de este tema en cuestión con toda la autoridad del mundo.

-No obstante, LAS MUJERES DEBEN LLEVAR TODO EL PESO DE LA LUCHA, Liderarla. Soy de la opinión de que toda la sociedad, como un ente, debe ser la encargada de luchar contra el machismo, pero es innegable que son ellas las que, afectadas por el mismo, deben ir un paso por delante. Nosotros para ayudar -y concienciarnos- de que se trata de un problema muy grave del cual la sociedad debe librarse cuanto antes. Sus derechos son los que están afectados, no los nuestros. Es su lucha. Como he dicho antes, pueden alarmarte y angustiarte los problemas referentes al machismo y a la misoginia, ayudar, pero las mujeres son las afectadas por esta lacra y las que deben dar un paso adelante, imponerse y reclamar los derechos que por tanto tiempo se les ha negado. No deben estar subordinadas a nuestras acciones.

-El problema surge con los ingenios sagaces del machismo que han manchado la imagen del feminismo haciendo creer a los mal informados que se trata de la superioridad del género femenino por encima del masculino, que quieren quitar derechos al hombre. Estos, verdaderos genios del marketing, han hecho mucho daño. Son esos que han hecho creer que cuando se dice patriarcado se ataca a todos los hombres. Son esos los que han convertido en materia banal problemas como el de la depilación femenina, que tienen tanto derecho como otros problemas a preocupar a las feministas. Son estos los causantes de que se haga la comparación de:

       Machismo = feminismo

                                                                                     Igualdad

Pasándose por el forro el verdadero significado del feminismo. ¿A que hace diez años nadie dudaba de lo que significaba? Toda la sociedad tenía muy clara la intención de la lucha feminista. Justo cuando la lucha se propaga y se convierte en un movimiento social potente que amenaza con la posición cómoda del patriarcado -o como maldita sea queráis llamarlo- es cuando el ataque furibundo hacia el feminismo comienza. Pensadlo.

Por favor. INFORMACIÓN, INFORMACIÓN E INFORMACIÓN. Ya sea en el feminismo o en cualquier otro apartado de la vida.

PD: a modo de mensaje adjunto. Absteneos a utilizar la palabra «feminazi». No debería decirlo, pero aún así… Este término despectivo lo creó Rush Limbaugh -miembro del Partido Republicano de los EE.UU- para hacer referencia a las feministas que defendían el derecho al aborto, comparando esto con el mismísimo Holocausto. Si consideráis que alguna feminista está diciendo soberanas tonterías y se le está yendo de las manos el asunto pensadlo antes de soltar esa palabra. Porque cualquier podría serlo.

PD 2: Me da igual la terminología, aliado o feminista, son nimiedades. El caso es ir todos juntos a luchar la misma enfermedad.

«Hausu» – crítica

«Hausu» – crítica


Hausu es una película que merece más la pena ser vista por su imaginería y puesta en escena que por su trama, clásica y tópica de cualquier película de terror con tintes japoneses. No es una película para cualquier persona; si eres de esos que ansía sobre todo un cine adulto y maduro, que te haga pensar pero para bien, esta no es tu película, pues en ningún momento la película rezuma ni lógica ni sensatez. «Absurda» es la palabra que a grandes rasgos creo que mejor define la película. Para aquellos que los conozcáis, esta obra maestra es como si un director hubiera convertido una canción de «Maximum The Hormone» o «Dog Fashion Disco» en una película. Todo fue grabado en apenas dos meses, con actores sin experiencia debido a que ningún actor japonés con un mínimo de reputación se atrevía a intentarlo. Toho, la productora de la película, llevaba una mala racha por su estancamiento respecto a los guiones, y con lo que aquí hicieron, un auténtico suicidio para algunos, remontó. Iré comentando uno a uno algunos de los distintos apartados del film para que así sea una crítica fácil de leer:

Sinopsis: la película se centra en la figura de Oshare, una joven huérfana de madre que, al enterarse de que su padre ha iniciado una nueva relación con una bella mujer, se niega a realizar su viaje anual con su padre. En su defecto, acordándose de su tía, que permanece desde hace años sola en una mansión en las montañas en espera de su difunto marido, decide ir junto a sus amigas a volver a verla tras diez años de ausencia mutua. Cuando el grupo de amigas llega a la mansión comprueban de primera mano que no todo es tan agradable como lo habían imaginado en un principio.

Personajes: la película no destaca en este apartado, ya que la mayoría de personajes están construidos de forma prototípica. Las amigas de Oshare no dejan de ser personajes tipo que recuerdan mucho a los personajes de cualquier manga o anime. Sus propios nombres nos indican que son personajes vacíos que solo sirven para rellenar. En pocas palabras podrían resumirse de la siguiente manera:

Melody: amante de la música y virtuosa del piano.

Fanta: chica fantasiosa -su nombre proviene de «Fantasy»- y tímida. Enamorada de su profesor.

Gari (empollona): cómo no, lleva gafas redondas. Ella aporta su punto de vista escéptico a las aventuras que experimentan las jóvenes.

Sweet (asustadiza): siempre grita con voz aguda. Totalmente indefensa y pasiva.

Kung Fu: ¿el mejor personaje jamás creado? Chica atlética que recurre a sus habilidades de Kung Fu cuando el peligro acecha. Sí, se defiende de lo sobrenatural a patadas. Gracias a ella la película se rompe de manera increíble, ya que pasamos de una escena donde se toca una melodía preciosa al piano a una en la que esta chica, mediante cabriolas y patadas se deshace del mobiliario flotante de la casa.

Mac (apetito): siempre está comiendo. Dibujada como la clásica chica zampabollos. Personaje muy simple y aburrido.

Oshare: único nombre normal que justamente coincide con el hecho de que sea el único personaje medianamente bien construido.

Pese a la simpleza de la mayoría de personajes, esto ayuda a crear esa sensación de ruptura entre unas escenas y otras, pues gracias a tanto personaje variado el sentido de la cinta puede cambiar de forma muy rápida y abrupta, algo que la hace muy entretenida.

Influencias: imaginaos que Tarantino y Sam Raimi han tenido una hija en el castillo de Osaka mientras que Godzilla arrasa la ciudad, y que mientras se producía esta gestación los dos directores fumaban opio mientras veían anime; pues esas son las influencias de esta película. E incluso con esta descripción tan tonta no se puede del todo imaginar lo que es la película, ya que consigue un estilo muy personal. Es un auténtico caos de influencias que crea un producto novedoso que tardará muchos años en volver a ser visto -si es que alguna vez se ha podido hacer algo semejante a esta película-. Es importante destacar que la película vio la luz en el año 1977, cuando aún faltaban varios años para que Sam Raimi sacara su famosa The Evil Dead, película junto a The Evil Dead II que por sus características creo podría ser la que mejor se comparase a esta. Otros lo hacen con películas como «Rocky Horror Picture Show» o «Suspira». Podemos pasar desde auténticas escenas de artes marciales a escenas idílicas al más puro estilo «shojo» donde las amigas comparten sus historias, todo ello mezclado con música angelical y fondos psicotrópicos. También aparece el gore, por supuesto el terror, el absurdo y los viajes astrales producidos por la droga. La película lo tiene todo en apenas hora y media de duración.

Imagen y construcción: Dios mío, la originalidad de la fotografía y de la creación de las escenas es de lo mejor que he visto en mi vida. Nada más por ello merece ser vista esta película. Desde fondos absurdamente -y a conciencia- mal pintados a efectos psicodélicos cutres propios de un guion realizado con la ayuda de hongos y LSD -no es broma, todos los críticos llegan a la misma conclusión-. Pensando en metáforas, la película podría ser una alegoría de un viaje psicodélico producido por las drogas; todo encaja. Por otro lado, las escenas realizadas con croma en ocasiones están realmente bien hechas para la época, mientras que los efectos dibujados, parece que a mano, desentonan demasiado en la película, aunque esto sin duda también está hecho a posta. Las escenas absurdas se encuentran muy bien acompañadas con planos ingeniosos de cámara, cambios rápidos de punto de vista, música que no encaja con lo que ocurre, flashes a destiempo, música atronadora de fondo, saltos de cámara mal hechos, cronofotografía que no viene a cuento, situaciones incómodas para el espectador -pechos de… menores creo-, actuación de las actrices exagerada -como no podía ser de otra forma en una película asiática- y sucesos que rozan lo inimaginable. Durante treinta minutos la película no te otorga descanso, ya que las situaciones ridículas se suceden de forma vertiginosa.

Desde escenas más o menos tenebrosas como esta:

A otras tan (…) como esta:

(Eso de meter autotune al maullido de gatos no es nada nuevo)

Banda sonora: muy lograda para una película de estas características. Solo tiene un fallo: ellos mismos sabían que consiguieron melodías muy pegadizas y apropiadas, lo sabían tanto que les dio por repetirlas incesantemente a lo largo de toda la película. Apenas compusieron cuatro canciones realmente buenas, pero que suenan demasiadas veces a medida que avanza la trama. Eso sí, tan bien escogido el momento en el que comienzan a sonar que sabes que algo malo ocurre aunque cierres los ojos y decidas no seguir viendo la película. Si por ejemplo Kung Fu comienza a dar patadas, inmediatamente su canción característica suena. Si alguna escena bonita aparece, la canción instrumental suena. Algo muy anime de nuevo, imposible en cualquier película occidental, pues cansaría al espectador. Siempre así. Abajo os pongo dos ejemplos de lo que creo es lo mejor musicalmente -aunque merece la pena escuchar toda la «soundtrack», es bastante interesante-:


Sentido de la película: PUEDE CONTENER SPOILERS, SI OS INTERESA VERLA NO SIGÁIS LEYENDO A PARTIR DE AQUÍ.

La tía de Oshare pretendía atraer a la joven para poseerla, conseguir su cuerpo y así poder sentirse de nuevo joven para continuar con su misión; atraer y matar a chicas jóvenes sin casar, ya que ella permaneció por siempre esperando a su prometido que le prometió que volvería. Como este no volvió, se convirtió en un ser ruin que solo quería hacer daño a los demás. Lo que se deja muy mal explicado es cómo, la ya anciana, consigue esos poderes tan extraños, propios de lo sobrenatural, y creo que he captado cómo. En algún momento de la película se afirma que algunos gatos -refiriéndose a Shiro, el gato mascota de Oshare- pueden abrir un portal con el más allá. Así que supongo que gracias a este gato la anciana puede conseguir esos poderes. Aunque es poseída en cierta parte la muchacha también consigue ganar, ya que cuando su madrastra va a visitarla, gracias a estos nuevos «poderes», consigue su venganza.

Lo que me da pena son las amigas, que sin buscárselo acaban todas masacradas.

 Movie poster illustrates the aunt's cat Blanche sitting on a pedestal before the aunt's house which is surrounded by trees and flames. Text at the bottom includes the film's title production credits, and small portrait shots of the cast members.

Carta abierta

Carta abierta

Esta es una carta abierta a toda aquella persona que desee leerla. En verdad, siendo sincero, tiene unos destinatarios bastante claros, pero por causas ajenas me veo obligado -por prudencia más bien que por anhelo personal- a situar todo desde el anonimato. No obstante, a pesar de estas contrariedades, espero que la intención que reside en la carta llegue de la forma más clara posible a todos aquellos que la lean.

Hablemos de hipocresía y de injusticia. Hablemos de un lugar en la sierra. Hablemos de un pequeño y plácido pueblo rodeado de montañas, vegetación y animales; todo lo que alcanza a la vista, más allá del pueblo, es pura naturaleza. Hablemos de una anciana a la cual solo le preocupan tres cosas: su familia, sus gallinas y sus palomas. No hay en el mundo cosa que le llene más. Ella es feliz en su simple rutina. Esa es su mayor virtud, y para algunos, como entenderéis ahora, parece ser que su mayor defecto.

En un viejo caserón del pueblo esta anciana tiene un palomar, nada más complejo que eso. Esta tradición, la de tener palomares -y todo tipo de refugios para animales- sobra decir que es algo más que común en este tipo de poblaciones; gallinas, ovejas, caballos, vacas… muchos de los habitantes de estos pueblos se valen de la ganadería como forma de vida. Es un pueblo; la vida de sus habitantes casi siempre va a la par que la de los animales que viven en los alrededores. Las palomas gastan el día volando por encima de los techos del pueblo, mientras que por la noche utilizan el palomar como refugio y lugar para alimentarse.

Sí. Dentro de esta escena tan pintoresca hay un gran problema, quién lo diría.

Al parecer las palomas durante el día se posan en los tejados de las casas vecinas al palomar. No hacen nada más natural que posarse en las tejas, defecar -como es normal- e irse. Esto, que para muchos no será más que una escena típica de la naturaleza, ha molestado a varios vecinos del pueblo. Según ellos, las palomas lo «manchan todo con sus cagadas», aparte de mover las tejas del tejado, siendo esto muy peligroso. Son vecinos del pueblo que en parte provienen de la capital. Puedo comprender que estos problemas no son comunes en una ciudad, que molesten a alguien no acostumbrado a ellos, pero lo que no puedo comprender -ni tolerar- es que se hayan atrevido a poner una queja abierta al ayuntamiento del municipio, la cual ha sido leída, revisada, aceptada y tramitada por la alcaldía, conllevando esto la posterior acción del ayuntamiento. Si ellos han tenido la osadía de quitar parte de la razón de su existencia a una casi octogenaria que lleva viviendo toda su vida en ese pueblo, con más derecho que todos ellos juntos de hacer lo que quiera, que me permitan a mí mostrar al mundo lo que en verdad son.

De acuerdo. Vamos a prohibir a las palomas defecar sobre los tejados y posarse sobre los mismos. Eso sí, si nos movemos con esta lógica, lo conveniente y sensato sería también vigilar que otros animales tampoco molesten a los vecinos. Hay que ser democráticos con todos y aceptar todas las quejas que puedan venir.

Impidamos que el saltamontes salte, vaya a ser que alguno se pose en la ropa tendida y esto provoque un susto a alguien.

Impidamos que las golondrinas hagan sus nidos en los tejados, que sus crías crezcan bajo tierra.

Que en la berrea a los ciervos ni se les ocurra hacer ruido. Que oye, mañana trabajo en la fábrica y tengo que descansar bien. Lo mismo al gallo. Que si tiene que cantar al amanecer, lo haga bajito, que no despierte a los niños que mañana tienen clase de inglés. Los grillos chitón, que canten de día, me da igual que no sea su costumbre esa. Eso sí, que la campana de la iglesia doble sin falta cada hora, que su sonido es muy agradable.

Si una vaca deja el plastón en el suelo, que lo limpie, que después huele. Un pueblo oliendo así, no por Dios. Que estamos en el siglo XXI.

Lo estoy llevando a lo absurdo sí, como absurdas son las acusaciones que estos individuos ponen sobre la anciana. Que las tejas se mueven… Dios libre a los vecinos de que un buitre se pose en sus tejados, que toda la casa se viene abajo. Si las tejas se mueven -si es que alguna vez se han movido- quizás la culpa es de ellos mismos; quizás el mantenimiento de sus caserones no es el necesario. Si se quejan de las palomas, que recen porque en invierno junto a la migración de miles de pájaros una bandada grande no se pose encima. Es un pueblo en mitad de la naturaleza, lo que menos te debería preocupar es que un montón de palomas se posen en tu techo. Preocúpate más para prepararlo a una tormenta de sierra o a una granizada repentina. Las palomas no van a destrozar tu bonito chalé, bolas de golf hechas de hielo sí.

Desde luego se quejan de las palomas, pero no de la situación desastrosa de las decenas de perros del pueblo, hambrientos, famélicos, llenos de pulgas y sin un gesto de cariño en toda su existencia; máquinas de matar para la época de caza. Atropellamientos, posibles ataques… Da igual, a mí personalmente me da mucho más miedo una paloma.

Tampoco les veréis quejarse de que en Nochevieja los cazadores del pueblo saquen sus escopetas y lancen salvas cuando llega la medianoche. Dónde va a parar. Es mucho peor un excremento de paloma que varios descerebrados llenando todo de plomo, muy bueno para la tierra por cierto.

Gente del pueblo afectada por las palomas, por favor, un poco de seriedad. Comprendo que queréis casas limpias, relucientes, que queréis enseñar vuestro poder adquisitivo y patrimonio, pero no intentéis anteponeros a la naturaleza. Qué creéis, ¿que si el palomar desaparece así lo harán las palomas? No podemos controlar eso. Aquí somos unos invitados, más en un lugar rodeado de montaña y bosque donde lo humano es lo menor.

Que sobre vuestras cabezas descanse el remordimiento de arrebatarle a una anciana parte esencial de su vida. Espero que os sintáis orgullosos de vuestro triunfo.

Diarios de la purga: contacto

Diarios de la purga: contacto

Me acuerdo a la perfección; cada detalle, cada sonido, cada mirada… Tengo grabado en la mente el momento exacto en el que supe que estaba sentenciado. Miré el reloj sobre mi muñeca derecha, las ocho en punto. La purga anual apenas había comenzado hace una hora, y yo ya estaba perdido. Siempre he tenido muy mala suerte. La gente suele mirarme de forma cínica cuando lo digo, más ahora, como creyendo que exagero y que mi vida no es tan mala… después de todo aquello supongo que saben que en verdad pareciera que tengo una maldición encima. ¿Sabéis lo peor de haber sobrevivido? que ahora creen que soy muy afortunado, incluso me ven como a alguien dichoso que tiene algo por lo cual vivir, que nada de esa mala suerte jamás volverá a perturbarme. Buena suerte dicen… ojalá no hubiera visto el amanecer aquel día de marzo…

Ese día, a las ocho de la tarde del día veintiuno, vi cómo la muerte se acercaba lentamente, como gustándose y deleitando a los enfermos que con sus alaridos completaban la banda sonora de aquella terrible noche. Es curioso, recuerdo el color de los pantalones de cada una de las personas que se encontraban a mi alrededor, pero no lo que yo llevaba puesto. Me sentía como fuera de mí. Mis ojos estaban demasiado fijados en los bates de beisbol y varas de hierro que llevaban algunos de ellos. Sé que mientras estaba gateando mirando hacia mi espalda en mi interior me preguntaba por qué no terminaban ya conmigo; con una pierna medio rota no era ya una amenaza para ellos. Pero nada más preguntármelo yo mismo hallé la respuesta; eran unos sádicos, disfrutaban con ello. Aquella gentuza, en un gobierno normal con cárceles y leyes, hubieran sido sentenciados a cadena perpetua dentro de un centro psiquiátrico de alta seguridad… pero en nuestros tiempos son encumbrados a la figura de héroes, purificadores, libertadores de la auténtica esencia de la vida humana. Aunque nunca les he considerado los peores. A los que más inquina guardo es a esos que, sin mancharse las manos de sangre, disfrutan del espectáculo como si se tratara de una película. La inmensa mayoría paga grandes cantidades de dinero a estos purificadores para que los protejan, permitiéndoles esto ser testigos de atroces asesinatos e indecibles tropelías para llenar su enorme pozo de morbo y sadismo. Es un quid pro quo enfermizo, pero debo admitir, beneficioso e inteligente para ambas partes.

No pude hacer gran cosa por defenderme, tan solo arrojarles toda la basura que iba encontrando mientras me arrastraba. Era un callejón sin salida, lo supe nada más entrar, pero era la única forma de alargar un rato más lo poco que me restaba de vida, o de alargar la agonía de mi muerte si lo pienso ahora. No tenía miedo en ese momento. Sí que lo sentí al principio, cuando por mi ineptitud me vi desamparado en mitad de la purga nada más comenzar la misma. En un principio tenía todo controlado. Siempre he sido soltero, trabajo de oficinista en un curro en el que nadie desearía trabajar, cobro poco y casi nunca salgo. La purga siempre ha sido para mí algo que, pese a intimidante, he sentido muy lejos, como si se tratara de una realidad que ocurriera en otro país. Debido a mi vida, por qué no decirlo, solitaria y aburrida, apenas conozco gente. No tenía por qué temer ninguna represalia por parte de alguien en específico. Y tampoco tenía que temer por los asaltadores fortuitos, ya que estos suelen buscar bloques de edificios o casas donde el botín sea sustancial. Pero me equivoqué. No me enteré hasta meses después de el porqué de mi mala suerte, y cuando conocí la razón de mi infortunio, no me lo pude creer. Mi vecino, vecino al cual casi ni reconocí cuando vi su foto gracias a un amigo. ¿El problema? Mejor dicho, ¿los problemas? ser su vecino y una chica con los datos un poco difusos. Yo estaba recostado en el sofá de mi salón viendo unas películas que el día anterior me preocupé en alquilar. -sí, mientras el resto de la nación se afanaba en comprar toneladas y toneladas de armamento para su defensa, yo decidí alquilar unas películas-. Mientras estaba viéndolas, un ruido ensordecedor rompió la calma de mi apartamento. Fue todo demasiado rápido. Nada más girar la cabeza una chica pelirroja, muy joven y de aspecto feroz me estaba apuntando con su rifle de asalto situada donde antes se hallaba la puerta. Parecía muy preparada para la ocasión. Sé que intercambiamos unas cuantas palabras, pero estaba tan nervioso y asustado que apenas alcanzaba a oír lo que salía de mi boca. Tenía un poco de sangre seca en la mejilla izquierda, cerca de la cual el brillo de un «piercing» llegaba hasta mis pupilas.  Lo poco que recuerdo de aquel momento es a ella propinándome un fuerte golpe en la boca con la culata de su arma mientras me indicaba la ventana. No tuve más remedio que hacerle caso y saltar. Por suerte vivo en un primer piso, y la caída, pese a ser dolorosa, no me provocó más daño. A partir de ese momento entré en una auténtica espiral de horror. No sabía a dónde ir. En los primeros instantes noté cómo mi paranoia iba en aumento a medida que la fuerza del sol iba disminuyendo. No sé en verdad cuántos minutos estuve totalmente quieto, en mitad de la calle, en cuclillas, gimiendo y pidiendo piedad a una sombra que todavía no me había alcanzado.  Solo supe reaccionar cuando noté una gran explosión en el bloque de edificios de mi apartamento. Me levanté quitando las últimas lágrimas visibles en mi rostro y comencé a correr sin rumbo alguno. Todavía desconozco cómo llegué tan lejos corriendo de forma aleatoria sin que nadie me intentara matar. Creo que fue lo único bueno que me ocurrió en esa noche. Perdón por tantas digresiones, pero todo viene a mi mente tal como lo viví, a estallidos.

¿Dónde acabé? Bueno, ya lo sabéis, en un callejón sin salida rodeado de sanguinarios enmascarados deseosos de hacer de mí un montón de huesos y músculos rotos. Me persiguieron durante bastante rato, y daba la sensación de que sabían a donde me dirigían, pues a ratos me pisaban los talones a ratos apenas podía verles al final de la calle. Cuando debido a mi cansancio me dieron alcance, uno de ellos, el que parecía el cabecilla, arremetió con todas sus fuerzas teniendo como objetivo mi pierna derecha. Por aquel golpe y los esfuerzos que hice durante la maldita noche ando cojeando a día de hoy. No es demasiado, pero suficiente como para hacer imposible que olvide lo que viví en esas doce horas. Después de arrastrarme hasta el final del callejón, apoyé mi espalda en el muro del edificio. Todos se quedaron mirándome formando un semicírculo, mientras que los espectadores -así llamo a los que pagan por ver estas atrocidades- se agolparon detrás de los hombres armados que formaban el semicírculo. Eran como un montón de niños que se juntan para ver a los mayores terminar algo que ellos ni en sueños podrían empezar, todo ello con un sentimiento de admiración ciega. La espera fue terrible. Aquellas máscaras no dejaban de mirarme, y aunque no podía verlas, sé que escondían unas atroces sonrisas detrás de ellas. El cabecilla de todos ellos llevaba puesta una máscara veneciana, de esas que tienen una enorme nariz. Pero no era una máscara veneciana al uso. Todos los ornamentos que normalmente suelen ser plateados o dorados eran de colores chillones y poco apropiados: rojos, verdes y azules. Además, en la parte superior, en cada extremo de la frente, llevaba dos dedos humanos que parecían recién arrancados, pues goteaban sangre todavía.

De la conversación que mantuve con ese maniático sí que me acuerdo por desgracia. Se adelantó un poco del grupo, y señalándome con su bate de beisbol y sacando una máscara del bolsillo trasero de su pantalón dijo lo siguiente:

-Vida -dirigiendo su larga nariz hacia la máscara que sujetaba con la mano izquierda. -O muerte- mientras erguía su brazo derecho a la vez que así lo hacía el bate. Su voz era grave y juvenil, aunque no del todo desafiante. Toda su voz sonaba con una especie de resonancia, seguramente debido a la acción de la máscara y del callejón.

No sabía lo que quería decirme. Sé que resulta bastante claro ahora que lo lees desde la tranquilad, pero en esos momentos, con el dolor abrasándome los sentidos y el miedo aflorando en cada músculo, no supe qué decir. Ellos, observando mi lentitud, se acercaron un poco más, estrechando con ello el semicírculo que habían formado.

-¡Es…Esperad! -dije apenas con un hilo de voz saliéndome de la boca-. No entiendo lo que quere…

Antes de que pudiera terminar la frase uno de los enmascarados saltó encima de mis costillas con todas sus fuerzas. Jamás imaginé que alguien pudiera escuchar cómo unos huesos se rompen. Dos de ellas se fracturaron, en tres se produjo una fisura y otra estuvo a punto de rasgarme los pulmones, pero no se partió. El grito fue ensordecedor y del dolor no hablemos, sé que hay palabras para describirlo pero no llego a ellas. Apenas podía respirar, pero gracias a su mensaje mi decisión fue inmediata. Grave error. Este fue el momento de mi sentencia. Ahora suena extraño esto que digo, pero más adelante veréis por qué hubiera sido mejor morir miserablemente en la humedad de ese oscuro callejón.

En un primer instante intenté gritar vida con todas mis fuerzas, pero lo único que salió de mi garganta fue sangre y saliva a partes iguales. Fue cuando el enmascarado se incorporó sobre el cemento del suelo cuando pude rogar por mi salvación:

-¡Vida, vida!

Y tras esas fatídicas palabras, todos vociferaron como inmersos en una enorme alegría. No puedo negar que yo también la sentí, ya que lo que experimenté a continuación fue que todos me rodeaban para cogerme y llevarme a lugar seguro. Mientras me llevaban tumbado fuera del callejón, vi a uno de los espectadores que se apartaba levemente su máscara – de samurái pero de un color rosa fosforito- mientras gentilmente me hacía una reverencia mientras movía de forma elegante uno de sus brazos manteniendo su parejo detrás de la espalda. Cuando salimos del callejón vi una furgoneta totalmente negra aparcada sobre la acera. Parecía un vehículo blindado por ellos mismos, y desde luego no encajaba con sus vestimentas debido a lo sobrio de su decoración. Cuando entramos en la parte trasera aprecié una gran cantidad de aparatos médicos; era una especie de quirófano portátil que utilizaban para sanar sus heridas durante el día de la purga. El blanco impoluto fue manchado por mi sangre, ya que nada más tumbarme en la camilla el suelo comenzó a llenarse de ella. Cuando estuve más o menos tranquilo, el más alto de todos ellos, ayudado de otros tantos me inyectó gracias a una jeringuilla algo en el brazo. Al principio pensé que se trataba de alguna inyección letal y que todo aquello solo lo hacían por sentir más el placer de la desesperación que se desprendía de mí, pero no, de nuevo me equivoqué. Pasada una media hora comencé a sentirme mucho mejor. Seguía siendo consciente de quién era y de qué había pasado, pero el dolor había disminuido y el miedo parecía ya cosa del pasado. A continuación intentaron curar mis heridas lo mejor que pudieron. Me administraron cremas y me vendaron allá donde mi cuerpo estaba herido, y la verdad es que lo hicieron francamente bien. Cuando me levanté el dolor era apenas una molestia, y aunque cojeaba y me costaba respirar, podría haber vuelto a casa -o lo que quedaría de ella después de esa explosión-. Pero fui un iluso, ya que haber escogido «vida» no me iba a salir tan barato.

Cuando pude salí de la furgoneta todos ellos volvieron a situarse en un semicírculo a mi alrededor. Los espectadores, nada más yo poner mi suela sobre el pavimento, comenzaron a aplaudir como si aquello se tratara de una proeza. Ya no sabía qué pensar; me parecían personajes muy extraños. Para participar en la purga se estaban comportando de una forma demasiado cordial, y alguna segunda intención tendrían que esconder. Y acerté. Cuando pude erguirme lo suficiente como para mirar de frente al cabecilla, este me dijo:

-Aquí te devuelvo tu vida.

Y a la vez que pronunció estas palabras, me entregó una máscara.

Diarios de la purga

Diarios de la purga

Me acuerdo a la perfección; cada detalle, cada sonido, cada mirada… Tengo grabado en la mente el momento exacto en el que supe que estaba sentenciado. Miré el reloj sobre mi muñeca derecha, las ocho en punto. La purga anual apenas había comenzado hace una hora, y yo ya estaba perdido. Siempre he tenido muy mala suerte. La gente suele mirarme de forma cínica cuando lo digo, más ahora, como creyendo que exagero y que mi vida no es tan mala… después de todo aquello supongo que saben que en verdad pareciera que tengo una maldición encima. ¿Sabéis lo peor de haber sobrevivido? que ahora creen que soy muy afortunado, incluso me ven como a alguien dichoso que tiene algo por lo cual vivir, que nada de esa mala suerte jamás volverá a perturbarme. Buena suerte dicen… ojalá no hubiera visto el amanecer aquel día de marzo…

Tengo en mente comenzar una serie de diarios inspirados en la película «La Purga». Mi intención es que al menos una vez a la semana aparezca en la página web una entrada de estos diarios. Intentaré que no sean demasiado extensos, con la intención de facilitar su lectura y que resulte más ameno. No hay más pretensión que la de entretener, entretenerme y disfrutar escribiendo.

Espero que ese primer párrafo os haya llamado la atención y tengáis curiosidad por saber qué le paso al autor de esas líneas.

http://losinterrogantes.com/wp-content/uploads/2016/07/Critica-Election-la-noche-de-las-bestias-16.jpg