The best way to find yourself as a singer is to just literally sit in a room and try stuff out. And try not to be shy about it. And stay off the pipe. That’s just murder. I mean look what it did to Whitney.
La mejor manera de encontrarte a ti mismo como un cantante es sólo, literalmente, sentarse en una habitación y abrirte. Y tratar de no ser tímido al respecto. Y mantenerse fuera. Eso es un asesinato. Me refiero, mira lo que le hizo a Whitney.
Fue una entrevista grabada de unos 28 minutos con 3news.co.nz, donde hablaron de sus conciertos acústicos, de la vuelta de Soundgarden y la nueva explosión del Grunge y de Temple of the Dog. Cornell dijo que adora experimentar con cosas nuevas en la música como en los pincipios de Soundgarden. También admitió que, antes de estar en Temple of the Dog, solo sabía componer música para Soundgarden, pero que Temple of the Dog le otorgó la oportunidad de experimentar con la música y explorar musicalmente, lo que le permitió hacer projectos como Audioslave.
Sobre la vuelta de Soundgarden, habló que no componen con nostalgia a su música anterior… que solo componen lo que ellos quieren componer. También nos dice que hay varias botellas de Jack Daniels mientras componen, que les ayuda a componer mejor xD
Otra cosa interesante que dijo Chris es lo vital que ha sido la MTV para algunos grupos tales como Nirvana, Pearl Jam o los propios Soundgarden durante la 1º explosión del Grunge. También dijo que su álbum preferido de Nirvana es Bleach. También hablo de los conciertos de sonbook, y que le encanta interactuar con el público
De nada por la traducción… xDD
Y aquí el video de la entrevista:http://www.3news.co.nz/Chris-Cornell-talks-Soundgarden-and-life—full-interview/tabid/551/articleID/215669/Default.aspx
(Cada vez se parece más a Jesús….)
Ya sabéis… en esta época era un vago y no traducía nada, pero ahora lo traduzco todo xD
While the solo jaunt is allowing Cornell to pick and choose songs from the breadth of his career, he flashed back to the days of ’90s grunge and alt-rock when Soundgarden reformed last year.
The band had split in 1997. Now aged in their 40s and 50s, the quartet have a newfound sense of direction and are working on a new album.
“It’s like we didn’t break pace,” Cornell says. “It’s like we took a short break because it doesn’t feel like 13 or 14 years at all. The only difference I’ve noticed, I suppose, is everyone has a lot more ideas. There’s more confidence and I feel that from everyone.
“For some bands it can be ‘Oh my God, can we still do this?’ But it’s not that – it’s the same band, but everyone has 13 years’ more experience.”
Cornell fronted Soundgarden for more than a decade, then went solo before joining members of Rage Against the Machine (Tom Morello, Tim Commerford and Brad Wilk) to form Audioslave.
But you get the sense he feels at home again, working with his oldest musical friends.
“Working in different bands, they’re all their own different beasts or different environment,” he says.
“With Soundgarden I’ve always been so engrossed and involved with doing it. Also, it’s always been a band that I can compare to The Beatles in a way because everyone writes songs on guitar – no matter what instrument they play. There’s so much diversity.”
Es una entrada de un blog que he encontrado por internet, a ver que os parece:elblogdelgrunge.blogspot.com/
La década de los 90 nació adormilada hasta la irrupción del grunge en 1991. El grunge se definió como un movimiento que anteponía la actitud y los sentimientos a la técnica, pero a pesar de ello, surgieron frontmans/womans de gran talento vocal que renovaron la escena e influenciaron notablemente en la forma de cantar de generaciones contemporáneas y posteriores. Obviamente hubo otros géneros que también aportaron grandes vocalistas, muchos de ellos, surgidos como el grunge, del indie americano.
Nirvana se distinguió por su actitud punk y por la rabia que el vocalista/guitarrista Kurt Cobain imprimía a sus interpretaciones en directo entregando a cada nota su enorme vacío existencial, mezcla de nihilismo punk y sentimiento pop, siempre moldeado por la excentricidad, humor negro y poesía escatológica del rubio de Aberdeen. Todos sabemos que Kurt no era precisamente Frank Sinatra, pero su voz desgarrada y sus gritos amargos han creado escuela…
Otro grupo que aportó a la escena un vocalista de carismática voz fue Pearl Jam. Eddie Vedder, con su voz de barítono y su forma de interpretar como cortando las sílabas ha marcado un antes y un después en el rock alternativo.
La fiereza de sus directos también le reportó un carisma y un liderazgo que no buscó y que le crearon graves problemas de dirección artística
En medio de la maraña grunge surgió la figura de Alice In Chains, grupo que se caracterizó por su revisión de Black Sabbath y Metallica y por supuesto, por las armonías vocales que creaban Jerry Cantrell y el fallecido Layne Staley que dotaban de una belleza única a sus temas lentos, densos y crudos.
Destacaba sobremanera la voz de Staley, con una potencia y afectación que convertía cada pieza en oro en paño. Hablamos, sin duda, de una de las mejores voces de la historia del rock.
Finalizando la 1ª parte, centrada en el grunge, hay que destacar la que seguramente es la voz más técnica y espectacular de los 90.
Soundgarden tuvo a Chris Cornell como vocalista carismático e ícono sexual. Su voz era capaz (era? dicen que en Audioslave ha perdido bastante) de dar la nota más aguda para acabar en la nota más grave. Ver a éste tipo en directo era asistir a un repertorio vocal que dejaba mudo al más pintado. En estudio quedan interpretaciones impresionantes como Outshined, JesusChrist Pose o Fell on black days (en general revisad entero Badmotorfinger y Superunknown o el disco de Temple of the Dog). Pero es que en directo era igual de espectacular.
ENTREVISTA : CHRIS CORNELL
«Era difícil ser tan popular»
Antes de tocar en Bs.As., el ex ícono del grunge rechaza la fama total y habla de su nueva vida como crooner de casino.
Txt. Nicolás Artusi . Enviado especial a Las Vegas
Ring-a-ding-ding: aun digitales, las máquinas tragamonedas componen el único soundtrack del Palms, el casino más lujoso de la auténtica Sin City. Frente a los fichines, las rubias portan vasotes de plástico, los cowboys escupen humo de cigarros que podrían encender con petrodólares y, rapiditas, se apuran unas cuantas conejitas, tapándose a medias las tetas: acá funciona el único Playboy Club del mundo. ¡Ring-a-ding-ding! El ambiente puede ser tan convulsivo como el capítulo del Pokemon más lisérgico y tan elegante o decadente como una juerga del Rat Pack en la vieja Las Vegas. En un salón de esta biblia de neón hará su número el cantante Chris Cornell y el periodista será recibido en camarines: después de un show de dos horas y media (¡puf!), la pregunta que se impondrá es «¿estás cansado?» y la respuesta será suficiente: «Pst, nah».
A los 43, Cornell promociona una imagen de lozanía y dientes blancos, común a todo el famoso que haya pasado una temporadita en rehabilitación, y este regreso a la vida sana tomó la forma dudosa de un «dandy grunge». Si Kurt Cobain encontró una salida a las presiones de la fama en su Remington calibre .20, el ex Soundgarden parece haberse armado un mundo de comodidades: plácida vida familiar (esposa, tres niños), un restorán en París y una prolija corporación de su talento. En el backstage, los asistentes dominan el lenguaje de los murmullos y el camarín luce la sobriedad del abstemio: seis botellitas de agua, un plato de frutas, cuatro chocolates, un ramo de flores y la decoración internacional hotelera.
Años después de que una estética del grunge haya impuesto la camisa leñadora y el jean rotoso como uniforme y señal de credibilidad rockera, ¿cómo llegó Cornell a ser primera figura de casino? «La timba no me interesa para nada: me parecen patéticos los salones de juego y los tuxedos»: desprecio por el smoking es lo que exuda el autor de Casino Royale, el leit motiv de la última de James Bond: «Acepté al saber que no sería otra película sobre gángsters británicos. Soy un gran fan de Los Beatles y recordar que uno de ellos había compuesto un tema para Bond me pareció muy cool. De alguna manera, me sentí parte de una big band donde también tocaban Duran Duran y A-Ha».
-Algunos te dicen «la voz más fina de la generación grunge». ¿Qué te parece?
-Me hace sentir feliz y es grandioso ser reconocido así, claro. Pero fue culpa mía: cantar en un rango tan alto… porque puedo. En el pasado, estuve en bandas donde sí o sí… ¡tenía que gritar!
-«Euphoria Morning», tu primer disco solista, se editó en 1999. ¿Por qué tardaste tanto para terminar «Carry On», el segundo?
-Por Audioslave. Estuve ahí varios años y no podía trabajar en otras cosas más que en las canciones del grupo. Pero no la pasé mal, disfruto ensayar canciones en una habitación con otros músicos, lo que hice con ellos y, antes, con Soundgarden. Ahora es un gran cambio, estuve con aquellos tipos cinco, seis años. Me reconcentré mucho en mí mismo para mi disco Carry On, y eso me gustó.
-¿Cómo manejabas la popularidad mundial de los años 90?
-Simplemente tenía mucha más gente alrededor, todo el tiempo. Pero la cosa me aburría, había un montón de dinero dando vueltas y, con eso, venía la necesidad de gastarlo. Me pasaba un año haciendo un disco de un millón de dólares… y gastando más dinero. No quise seguir en eso. La gente se distrae mucho con la plata y se pierde el foco principal, que es la música, y eso es lo que pasó con otras bandas de Seattle. Salir de gira es el alma de un grupo y hubo un tiempo en que ya no podíamos subirnos a un micro. Era difícil ser tan popular.
-Y ahora, entonces: ¿qué clase de rock star querés ser?
-Ya no sé si quiero ser un rockstar. Sólo quiero seguir grabando mis discos solistas y hacer lo que me haga sentir bien.
Un evangelio del recuperado: con la templanza del que «está de vuelta», Chris exhibe su alejamiento del exceso y este inicio como crooner de casino con ambiciones sinatrianas, ya decidido a ser más clásico que moderno. «Es que no creo que lo moderno’ hoy sea buena música: la modernidad es como una inyección de droga, una adicción», y acá estira los brazos flaquísimos, verdes de tan venosos. «Elvis Costello o Talking Heads ya son clásicos que hacen buena música».
-Sobre clásicos modernos, ¿cómo se te ocurrió tu versión de «Billie Jean»?
-Sólo quería divertirme. Estaba buscando una canción que pudiera sorprender e incluso ser divertida sin volverse cómica. Claro que no sé si fue tan divertido para los fans de Michael Jackson, porque mi versión no se parece demasiado… a una canción de Michael Jackson.
-¿Y cuál es tu tema favorito de Bond?
-Me acuerdo de Goldfinger: la voz de Shirley Bassey es sencillamente grandiosa. Con Casino Royale quise ser un crooner porque es un tema para una película, no sobre algo de la realidad. Entonces, busqué crear un estado de ánimo más que una canción, al estilo de los viejos cantantes, como Tom Jones, que hizo Thunderball y es un fenómeno…
Un silencio, y Cornell se extravía un instante. Al ícono del grunge que sobrevivió a Cobain y hoy es un gourmet se le cruza otro tema y, en la respuesta, quizá pueda leerse una parábola involuntaria sobre su propia vida: «¿Sabés? Pensándolo bien, tal vez mi favorito sea Vivir y dejar morir».