Siempre he querido cantar
En verdad siempre he querido cantar, pero supongo que solo tengo voz interna. Ojalá se pudiera gritar en los versos y saltar en las metáforas… Pero cuesta hacerlo. A veces parece un poco vacío todo esto, lo que se puede conseguir con una nota es difícil hacerlo con mil cuatrocientas treinta y tres palabras. Y cuando lo consigues por desgracia descubres otras tantas palabras iguales; pero notas solo hay una.
En la música se nota el silencio, se puede jugar con él como con el viento, pero escribiendo a veces te lleva volando como en un huracán. Y sinceramente, no es lo mismo romper a golpes un bolígrafo y un cuaderno que una guitarra.
Además la arrogancia interna de un escritor es pésima. No se puede comparar el placer de mil voces al unísono recorriendo tus entrañas a saber que te leen bajo la luz de una lamparilla en la cama. Tampoco puedes saltar sobre tus lectores, sería delito.
Además la literatura va a morir, pero la música, no sé por qué, siempre la necesitaremos.