Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Etiqueta: Poesía

Viaje de ida y vuelta a Madrid

Viaje de ida y vuelta a Madrid

Cataratas de coche*

Murmullos de voz,

Vivir no se puede aquí.

 

Maja desnuda,

Te prefiero sin ropa,

Nunca te tapen.

 

Giro la vista,

Mi reflejo en el cielo

Viaje de vuelta.

 

Hay movimiento,

La ciudad que no duerme,

Todo tiene fin.

 

Y de repente

Vi puntos blancos,

Es el progreso.

 

Dale a una antigua mente enferma un poco de modernidad y su locura nos parecerá transgresora.

 

Samuel Cerdera García

 

 

El banco que era un pequeño mundo

El banco que era un pequeño mundo

Al final todo se resume

En un banco que vuela

Sobre una columna vertebral.

Siempre me lo he imaginado así,

Y la verdad es que tiene sentido.

Empieza desde mi sustento

Y acaba en otro que desconozco.

Las baldosas soportan el momento,

No sé si los recuerdos.

La línea blanca separa dos tiempos,

Si es que existe un tercero.

Yo estoy en ese último,

Que nunca se sabe dónde termina,

Que nunca supe si me pertenecía.

 

A la derecha veo algo

Contrario al rumbo natural.

Tantos por ciento

Que acaban con el mundo violeta.

Un beso en los morros,

Dicho sin poesía,

La realidad pura no se fía.

Pero sobre todo veo tiempo,

Tiempo bien gastado.

Tiempo que me sirvió

Como la cama que yo mismo

Me había privado.

Apenas se puede decir rincón,

No cabían dos almas,

Pero ahí estábamos,

Sin decir palabra,

Apoyados en seres inertes

Que para otros son objetos.

Los pájaros hablaban por nosotros,

Sabían de nuestra indecisión,

Nos animaban con su canto;

Tristemente no les entendemos

 

A la izquierda os diría mil cosas

Pero tienden a infinito.

Es un espejo que refleja

Todo lo que quiero

Pero que sé que me mostrará

Solo lo que merezco.

Y ni eso, porque si mostrase lo que quiero

Tan solo le haría falta

Decirme una cosa simple:

“mira hacia la izquierda”

Y siempre estarías tú.

Futuro ha pasado a significar tu nombre.

Aquí veo tiempo

Arrastrado por alas

De color negro y blanco.

Siempre está la dualidad

En la que me pierdo.

 

Y en el centro,

Recto para mi mirada

Que se repite hasta el horizonte

Y vuelve rozándome el cuello,

Columna de todo,

Dictadora de lo que sucederá

Y lo que tal vez ocurrió,

Supongo que queda el musgo juguetón

Y las ramas que hablan.

Nadie podría adivinar el significado

De un trozo de madera

Con nombre de humano

Que gira, se retuerce y grita.

A eso solo le das significado tú,

Y diría que es hasta mágico.

El eje de la ecuación

Que los gorriones han ido pregonando

Ya estaba solucionado.

 

Diría que es un lugar

Eterno si lo eterno

Pudiera estar en la cabeza

De un triste poeta.

 

(Persistencia de la memoria – Salvador Dalí)

Si en algún momento

Si en algún momento

Si en algún momento de mi vida me callo,

Si en algún momento de mi vida ceso de hablar

Porque ciertas nubes de gris

Me han torcido la cabeza

Y me ha eclipsado las ideas…

Ahogadme con mis ecos

Y al menos así estaré seguro

De no traicionar a mi pasado.

 

(Antoine-Jean Gros – Sappho at Leucate)

Ay Logroño, querida

Ay Logroño, querida

Ay Logroño, querida,

Que te invaden

Los que no te estiman

En el día a día.

 

Ay Logroño, querida,

Que te engalanas

Para los que no te merecen.

 

Ay Logroño, querida,

Que sí,  yo te prefiero guerrera,

Pero en otro sentido.

 

Ay Logroño, querida,

Que ya viste algunas guerras,

No se gana con ellas.

 

Ay Logroño, querida,

Quizás te pida demasiado,

Quizás te pida cambiar.

 

Ay Logroño, querida,

Que yo aun así

Te sigo amando.

 

(Imagen extraída de https://lariojaturismo.com/)

El lenguaje secreto de los pájaros

El lenguaje secreto de los pájaros

El lenguaje secreto de los pájaros

Nos alcanza

Y tan pronto se va

Como un ave levanta el vuelo.

No lo alcanzamos,

Soñamos con tenerlo,

Nos arrancamos el corazón

Y se lo entregamos

A los sauces

Para que lo entierren,

A ver si conseguimos

Entender ese lenguaje.

Sale sucio, despeinado,

Especie de aborto de ave.

Nos ofuscamos, insistimos.

La furia nos alcanza;

El ave es declarada radical de fuerza

Que debe ser extinta.

La persecución es enfermiza.

Pero nos aterra ver

Cómo al ser apresados,

Torturados y asesinados,

Los pájaros siguen tranquilos

Entonando su cante

De tercio color madera.

Apresamos las notas

Como si fueran mariposas.

Las encerramos, las grabamos,

Hasta teorizamos con gigantes computadoras.

Es inútil.

Los pocos que quedan ya

Se ríen de nosotros mientras vuelan.

Cazamos al cielo,

Lo mandamos al suelo,

Llega a besar la tierra y eso nos basta.

Imponemos la tierra como

El nuevo cielo.

Apenas quedan unas decenas.

Se refugian,

Pero no por ello dejan de cantar.

Sus dulces sonidos les delatan;

Se delatan ellos mismos,

Quieren ser apresados.

Les juzgamos con dureza,

Tribunal público y encierro privado.

Poco a poco van desfilando por el patíbulo.

Poco a poco se les arranca

Las delicadas cuerdas vocales.

Ya solo queda el último,

Único en su especie.

Mira con tranquilidad

A un horizonte que solo él ve,

Su voz es clara y tajante:

El lenguaje secreto de los pájaros

Jamás estuvo en nosotros…

Habéis cazado un fantasma

Reflejado en un espejo

Que canta con nosotros

A algo que todavía no entendemos.

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Aves muertas (Goya) 1808 – 1812. Óleo sobre lienzo