Éstos días, el bateria de los Foo, Taylor Hawkins, está limpio. El es un curtido pero sonriente 39 añero en pantalones cortos y calcetines de tenis, casado con un hijo, asquerosamente domesticado. Atrás en 2001, sin embargo, era un peligroso enganchado a la heroina, y en nuestra gira de aquel año el tubo na sobredosis y fue admitido en el hospital de LOndres «He visto muchas personas que lo han perdido todo con las drogas y han muerto» dice Grohl, «Así que me asusté»
Hawkins no murió, después de 2 semanas en un coma se despertó. La recuperación fue confirmada cuando se giró hacia Grohl y le dijo (Como al estilo de la banda) Vete a la mierda!. Grohl había estado al lado se su cama durante 2 semanas, Años antes, El Grohl de 18 años vio a un amigo tomar demasiada coka y tener un ataque al coración en el aparcamiento de Virginia. Antes de su muerte, en 1994, Kurt Cobain tubo un serio colpapso en Roma por una sobredosis de heroina. Grohl, en otro pais, le vió a él dentro de una ambulancia en la televisión, cuando le habló a su amigo por teléfono le dijo: «No quiero que te mueras» A Cobain solo le faltarían unas pocas semanas para morir
Que se tiene que sentir al confrontar con esto, un punto de vista impotente demasiado a menudo, «Muy amenudo» dice Grohl inquieto. Cuando Taylor fue al hospital, yo quería quitarme de la mùsica, porque, para mi, sentía que la música era igual a muerte. Me puse a rezar. Nunca había ido a una iglesia en mi vida, y yo andaba atrás del hodpital de Taylor en nuestro hotel, rezando en alto por las calles de Londres. Ni si quiera sé si creo en Dios, pero me sentí, ya sabes, que clase de Dios permitiría esto…
These days the Foos’ drummer, Taylor Hawkins, is clean. He’s a weather-beaten but smiling 39-year-old in shorts and tennis socks, married with a son: disgustingly domesticated. Back in 2001, however, he was a serious heroin user, and on tour that year he overdosed and was admitted to a London hospital. “I’ve seen so many people just lose it all with drugs and die,” says Grohl, “So I freaked out.”
Hawkins didn’t die. After two weeks in a coma he woke up, recovery confirmed when he turned to Grohl and told him (as was apparently the band’s way) to “fuck off”. Grohl had been beside his bed for two weeks. Years earlier, aged 18, Grohl had seen a friend take too much coke and suffer a heart attack in a Virginia car park. Before his death, in 1994, Kurt Cobain had already collapsed in Rome after overdosing on heroin. Grohl, in another country, watched him being wheeled into an ambulance on TV; when he spoke to his friend on the phone he told him: “I don’t want you to die.” Cobain had only a few weeks to go.
It must feel that he’s had to endure this – a helpless view from the fringes – too often. “Absolutely,” says Grohl quietly. “When Taylor wound up in hospital I was ready to quit music. Because, to me, it felt like music equalled death. I started praying. I’ve never been to church in my life, and I’m walking back from Taylor’s hospital to our hotel every night, praying out loud in the streets of London. I don’t even know if I believe in God. But I felt like, y’know, this is just not right, y’know, what kind of God would let this…”